El juez federal Daniel Rafecas cree haber encontrado la causa que le permitirá redimirse después del traspié que le significó la “Causa Ciccone”, en la que el vicepresidente Amado Boudou lo puso contra las cuerdas y al borde del nocaut.

No se trata -aunque ya las reactivó casi todas- de una causa por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. Rafecas supone que halló la punta de un iceberg de una gigantesca estafa contra las cajas de jubilaciones.

La Cámara Federal confirmó el procesamiento contra una mujer que, tras la muerte de su madre, continuó cobrando la jubilación de la difunta durante siete años y por más de 110.000 pesos. Esto no se trata, aislado, de un delito grave: se redime con una multa, de mayor o menor valor, según lo defraudado.

Pero Rafecas sospecha que no se trata de un caso aislado, sino que existe una organización que se encarga de garantizar la percepción de las jubilaciones y pensiones después del deceso, con alguna complicidad interna en los organismos previsionales y hasta tanto algún detalle fortuito deje al descubierto la irregularidad.

El juez mandó a recabar causas similares en los últimos años, para buscar comunes denominadores: abogados, sucursales de Anses, funcionarios, zonas geográficas de los beneficiarios fallecidos, y todo lo que pueda ser de utilidad para orientar esa búsqueda.

En caso de encontrar las pruebas que justifiquen una denuncia, evalúa presentarse ante la Cámara Federal y pedir que otro juez (ya que él no podría hacerlo) determine si hay una “asociación ilícita” que se dedica a estas “tareas”.