La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal ratificó la validez de las intervenciones telefónicas en una causa sobre comercialización de droga, aunque la medida fue ordenada tras una denuncia anónima y los informes fruto de las tareas de inteligencia de un policía.

El Tribunal Oral Federal Uno había favorecido a los acusados con la nulidad de las escuchas, con lo cual la causa no tenía sustento.

La causa se inició con una denuncia anónima según la cual en esta capital vivía un vendedor de drogas, lo que hizo que el juez Claudio Bonadio diera intervención al Área Delitos y Sumarios de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Metropolitana.

La Casación reconoció que resoluciones que ordenan intervenciones telefónicas deben estar fundadas, bajo pena de nulidad, pero aclaró que “no se exige a los magistrados una semiplena prueba de la culpabilidad de la persona que debe soportar el registro”.

Los policías averiguaron que allí vivía uno de los imputados de manera “bastante ostentosa” en comparación con su actividad económica, a la vez que “concurría asiduamente a domicilios que resultaban cercanos al lugar en el que la denuncia explicaba estaban instaladas ‘cocinas’ de estupefacientes”.

“Luego de varios meses de tareas de inteligencia encubiertas, la intervención telefónica se presentó como el único medio para avanzar con la pesquisa pues el delito que se estaba investigado se presentaba como complejo y se cometería “puertas adentro”.

Tras avalar esa práctica, cuestionada por buena parte de los tribunales, la Casación dispuso la designación de un nuevo tribunal oral para seguir adelante con el juicio.