Confirman condenas contra dos arquitectos por el derrumbe de una obra

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas a tres años de prisión en suspenso que recibieron dos arquitectos por el derrumbe de una... Por Cuarto Intermedio

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas a tres años de prisión en suspenso que recibieron dos arquitectos por el derrumbe de una obra en construcción ocurrido hace 15 años en el barrio porteño de Almagro, y que provocó tres muertos y seis heridos.

La Sala III rechazó los recursos de las defensas de los dos arquitectos contra el fallo dictado el 18 de diciembre de 2012 por el Tribunal Oral en lo Criminal Siete por el delito de “estrago culposo seguido de muerte”, que incluyó la inhabilitación especial de los profesionales.

El hecho que originó la causa penal se registró la tarde del 16 de febrero de 2001, cuando “por imprudencia e inobservancia de los reglamentos” colapsó una estructura por tareas que el Automóvil Club Argentino (ACA) había contratado para el predio en Pringles y Rocamora.

El derrumbe provocó la muerte de Osvaldo del Valle Mercado, Alicia Naim y Mario Franciso Settembrini y lesiones a otros empleados: Juan Carlos Urunaga, Cristian Ojeda, Yamil Fernández, Gabriel Laguyas y Jorge Godoy.

De acuerdo a la causa, se produjo cuando se dispuso demoler una pared que se encontraba adherida con “pelos” de hierro a dos de las columnas de edificio.

La Sala Tercera de la Cámara evaluó que los profesionales de la empresa Conarsa “diseñaron y proyectaron contando únicamente con las memorias de cálculo” confeccionadas por un ingeniero -luego fallecido- sin compulsar los planos y documentación de las instalaciones del lugar.

“La estructura se derrumbó por malos cálculos respecto de las cargas que podía soportar la nueva estructura”, consignó el máximo tribunal penal de la nación.

Los camaristas Ana Figueroa, Eduardo Riggi y Liliana Catucci concluyeron que “la obra fue erróneamente declarada y ello no eximía a la firma Conarsa SRL de asumir la dirección” de la misma y las responsabilidades que de ello derivan.

Los camaristas indicaron que los arquitectos no sólo eran quienes autorizaban el comienzo de las obras, sino que “tenían la responsabilidad de detener la construcción en caso de observar circunstancias que señalaran su conveniencia”.