La Cámara Civil condenó al dueño de una empresa a resarcir con 600 mil pesos más intereses a sus antiguos socios, de los que se independizó, por haber utilizado su base de datos y “mailing” para lanzarse a competir en el mercado.

La Sala E de la Cámara, con las firmas de los jueces Mario Calatayud, Juan Carlos Dupuis y Fernando Racimo, dispuso la condena a favor de los titulares de una empresa que se dedica a la comercialización y reparación de equipos de topografía, fotogeometría y geodesia.

La empresa afrontó un período crítico en 2005 como consecuencia de una “contienda internacional con una firma japonesa que no reconociera la actualización del año 2000 respecto al software y hardware por cambio de milenio, dejando inutilizados equipos que no pudieron comercializarse”.

En ese contexto, uno de los socios decidió independizarse y fundar su propia empresa dedicada al mismo rubro, pero como parte de su estrategia de posicionamiento en el mercado utilizó la base de datos y mails de la firma de la que se había ido.

La Cámara, según un fallo publicado por el sitio especializado en jurisprudencia elDial.com, reconoció “la posibilidad de competir”, pero advirtió al socio independizado que “ello no significa que lo haga en forma desleal”.

Entendió por tal el haber “utilizado la información reservada contenida en el software, en su propio beneficio y con perjuicio directo de la actora”.

El fallo contempló que la base de datos que pertenecía a una empresa y fue utilizada en el posicionamiento de otra fue producto de “un trabajo de compilación vinculado a la muy específica actividad de la actora que, como se vio, contiene un particular formato que permite la rápida búsqueda de distinta información”.

El mailing formaba parte de un software desarrollado específicamente para la empresa que lo poseía.

Pero después de la separación de sus socios, los dueños originales detectaron “que sus clientes habían recibido misivas con el ofrecimiento de diversos productos que comercializaba una firma dedicada al mismo rubro”.

Así, comprobaron que se trataba de la misma base de datos, pues la otra firma estaba a cargo del ex socio.