El tribunal comenzó a juzgar a Gustavo Aníbal Olivera, de 53 años de edad, acusado por el crimen de Eduardo Nicolás Cicchino, quien murió el 2 de junio del año pasado en el Hospital Argerich.

Según la acusación fiscal, el 19 de mayo de 2016 a las 22.30 en la vereda del local “Indoor”, situado en la calle Chile al 300 de esta Capital, Olivera discutió con Cicchino por el resultado de un partido de fútbol entre Boca y Nacional de Montevideo, que se definió por tiros desde el punto del penal a favor del equipo auriazul.

Cicchino y unos amigos “se habían retirado de la facultad a la que asisten y, tras ingresar al lugar, solicitaron unas papas y un vaso de cerveza para cada uno” para ver el segundo tiempo del partido y la definición.

Olivera “observaba la situación desde la barra del bar, a donde consumía un trago llamado ‘Negrón’ y, cada tanto, gritaba ‘bosteros putos’ (o frases de similar contenido) en clara alusión a aquéllos”.

Cuando finalizó el encuentro y el grupo de estudiantes se retiraba del bar, “salió Olivera, gritando ‘¡bosteros de mierda!’ o ‘estos bosteros putos ganaron otra vez’”, lo que generó una pelea que terminó cuando uno de los mozos intervino para separarlos.

En esas circunstancias, Cicchino resultó con una herida en el pecho causada por Olivera, quien “sostenía un cuchillo negro tipo de caza en la mano, el que según sabía solía llevar consigo por razones de seguridad”.

Viéndolo ensangrentado, Olivera le gritó: “vení, vení que te mato”, pero en esos momentos un cabo de la Policía Federal llegó al lugar y detuvo al agresor.

Cicchino, de 26 años de edad, “fue trasladado por una ambulancia del SAME hacia el Hospital Argerich -presentando un paro cardiorespiratorio durante dicho traslado- a donde ingresó en terapia intensiva con diagnóstico de herida penetrante en tórax con compromiso cardíaco y, dado su estado crítico, siendo operado de urgencia en ese momento”.

Como consecuencia de las heridas, murió 13 días después.

El tribunal oral, integrado por los jueces Carlos Rengel Mirat, Luis María Rizzi y Javier Anzoátegui, inició el juicio en el que el fiscal Fabián Céliz deslizó que pedirá la condena por “homicidio agravado por alevosía”.

Esa figura penal establece como condena la pena de prisión o reclusión perpetua.

El veredicto podría conocerse la semana próxima.