Rechazan colocarle tobillera electrónica a condenado por delitos de lesa humanidad

Un condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad que está en su casa, ni siquiera tendrá el control penitenciario de la tobillera electrónica. Por Cuarto Intermedio

La Cámara Federal de Casación rechazó colocarle ese elemento de control a Aldo Héctor Martínez Segón, condenado a perpetua por la “Masacre de Margarita Belén”, el fusilamiento de 22 presos políticos cuando eran trasladados desde Chaco hacia Formosa en diciembre de 1976. Simulando un presunto intento de fuga, los 22 presos fueron masacrados y el episodio quedó registrado en la memoria colectiva como uno más de los aberrantes delitos cometidos por la represión de Estado.

Martínez Segón y otros imputados recibieron la pena máxima que establece el Código, pero por cuestiones de edad le fue concedida la prisión domiciliaria. No obstante, la fiscalía detectó que sale prácticamente a diario de su casa, supuestamente para someterse a controles médicos, y por eso pidió la tobillera para controlar esos movimientos.

Los jueces Ángela Ledesma y Guillermo Yacobucci, con la disidencia de Alejandro Slokar, evaluaron que “desde su prisión domiciliaria se halla sometido a la supervisión de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal cumpliendo en forma regular con los deberes” y “no se verifican peligrosidad procesal ni riesgo de fuga”.

En ese mismo acuerdo, y con la misma votación, la Cámara de Casación benefició con la prisión domiciliaria a dos apropiadores de bebés nacidos en centros clandestinos de detención. José Ernesto Bacca y Cristina Gloria Mariñelarena fueron condenados a 6 años de prisión por la apropiación de Federico Cagnola Pereyra, ocurrido el 27 de febrero de 1978 en la ESMA.

El tribunal oral federal número cuatro había concedido la domiciliaria a ambos pero la fiscalía apeló la medida. Los camaristas Ledesma y Yacobucci rechazaron el recurso, por lo que los condenados terminarán de cumplir sus condenas en sus casas.