Parolari está sospechado de ser uno de los agentes financieros supuestamente utilizados por el difunto ex secretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, para lavar dinero proveniente de la corrupción a través de la creación de empresas y la compra de inmuebles en el exterior, especialmente en La Florida, Estados Unidos. De hecho, está acusado por presunto “lavado de activos”.

Los camaristas Carlos Mahiques y Daniel Petrone sostuvieron que “las maniobras de lavado de activos revisten una extrema dificultad para lograr identificar y recuperar las sumas dinerarias”. En ese escenario, añadieron que “no puede descartarse que en esta etapa preliminar (de la investigación) tenga a su disposición la posibilidad de extraer del ámbito jurisdiccional los bienes producto del ilícito”.

Apenas fue detenido, Parolari pidió acogerse al régimen del arrepentido. En un primer momento, los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo no lo aceptaron, pero el bróker marplatense se “arrepintió más” y firmó un acuerdo con los representantes del Ministerio Público. Entonces fue Bonadio quien consideró que no era suficiente su delación y no homologó el acuerdo.

Allí ocurrió el episodio más curioso de la ya voluminosa causa: los fiscales apelaron el rechazo a ser tenido como arrepentido y Parolari apeló que lo mantuvieran en prisión.

Parolari está acusado por operaciones inmobiliarias por unos 13 millones de dólares de supuestos testaferros de Daniel Muñoz.