Los diputados provinciales (son todos peronistas) aprobaron una declaración en la que piden una nueva ley de coparticipación, pese a que el gobernador Beder Herrera es un kirchnerista fiel.
La total hegemonía justicialista en la Cámara de Diputados, contra cualquier pronóstico, no le ahorró un dolor de cabeza al gobernador de la Rioja, Luis Beder Herrera.Durante el período de mayor tensión entre el gobierno de Cristina Kirchner y los ruralistas, los diputados provinciales de La Rioja aprobaron una declaración en la que reclaman a la Nación que “las retenciones agropecuarias, mineras y a los combustibles, así como otros tributos” sean incorporados a la masa de recursos coparticipables. Un verdadero pecado para las exigencias de fidelidad absoluta que bajan de la Casa Rosada a todas las provincias.La decisión de la Legislatura riojana fue aprobada por unanimidad el 3 de abril, mientras Beder Herrera no dejaba pasar ninguna ocasión de demostrar su obediencia a la Presidenta en cuanta convocatoria hiciera la platense a los gobernadores justicialistas para que formen parte de la claque de sus discursos.Lo extraño del episodio es que la Cámara de Diputados de La Rioja cuenta con 23 legisladores, y todos ellos son peronistas, aunque divididos en tres bloques: Partido Justicialista, con 21; Conducción Renovadora, con 1; Dignidad y Lealtad, con 1.Semejante comodidad no hacía prever que la Legislatura adquiriera autonomía, al menos en un asunto tan sensible a los intereses del gobernador, que necesita del respaldo económico y político de la Casa Rosada.Sin embargo, eso sucedió, y los diputados riojanos se ganaron las felicitaciones del senador nacional Carlos Menem, cuyo apellido es ahora un anatema en el justicialismo de la provincia desde donde se catapultó al máximo poder nacional. Menem, que dos días antes había presentado en el Senado un proyecto de ley justamente con el propósito de que las retenciones sean coparticipables, aplaudió a los diputados.“Es el momento de apoyar al gobierno nacional y no hacer reclamos”, se atajó Beder Herrera, seguramente sorprendido por lo que había sucedido en el patio de su casa, y esmerado por no aparecer junto a los rebeldes Juan Schiaretti (Córdoba) o Mario Das Neves (Chubut).Más aún porque los poderes legislativos provinciales, cuando hay mayoría oficialista, son vistos como apéndices de los gobernadores, y es caso inexplicable una desobediencia como la manifestada en la sesión del 3 de abril.
Coparticipar
Es muy probable que a los diputados riojanos les haya pesado más su condición de representantes territoriales, y que trataran de responder a las presiones de los productores de las regiones en las que obtuvieron los votos para sentarse en las bancas legislativas.En la declaración aprobada, la Cámara riojana solicita a las autoridades nacionales “encarecidamente que se modifique la ley de Coparticipación Federal de Impuestos para que se incluyan retenciones agropecuarias, mineras y a los combustibles para que sean distribuidas entre todas las provincias”.El diputado Mario Guzmán Soria, un aliado de Beder Herrera y por ello presidente del enorme bloque oficialista, trató de suavizar aún más el reclamo, ya tenue al usar la expresión “encarecidamente” al afirmar que no era “una impertinencia”.Impertinente, de todos modos, para lo que establece el manual kirchnerista, Guzmán Soria sostuvo: “Hemos visto peregrinar a los gobernadores de nuestras provincias, no sólo de La Rioja sino de todo el noroeste argentino” a la Casa Rosada en busca de recursos.El diputado consideró que la distribución actual de los recursos está “condenando el futuro” de la provincia. “Qué política de empleo podemos instrumentar en La Rioja si no es la del empleo público, qué actividad privada podemos dar cuenta si no tenemos el capital necesario para poner en funcionamiento la producción”, se preguntó. Como se conoce, el empleo público es el rincón adonde se guarecen muchos desempleados en provincias como La Rioja.Y agregó, ya envalentonado, Guzmán Soria: “a esta altura del partido podemos afirmar con todas las letras que la distribución de la coparticipación federal de impuestos para provincias como La Rioja es injusta”.Menem aprovechó la ocasión para meter una cuña en el peronismo riojano. “Nuestros diputados han dejado de lado las internas políticas para acompañar la defensa de nuestra Rioja”. “Quiero felicitarlos por acompañar nuestra iniciativa que permitirá a los riojanos vivir dignamente”, dijo como si los diputados provinciales hubieran seguido una orden suya, como en los viejos tiempos.“Los riojanos no debemos bajar las banderas del federalismo y, como siempre, nuestro sector está abierto a las discusiones por una Rioja próspera como supo vivir y sin inflación encubierta”, manifestó, con alusiones a la política de convertibilidad que caracterizó a sus administraciones.
Alivio y alerta
Beder Herrera parece haber superado el mal rato, al menos según sus propias palabras, al anunciar 15 días después del incidente político que el gobierno nacional le agilizaría el envío de 40 millones de pesos (una cantidad muy sensible para la economía riojana) para la puesta en marcha de obras de infraestructura.De todas maneras, aquella declaración de los diputados riojanos fue una señal de alerta para el gobernador. Los legisladores provinciales demostraron tener un cierto grado de independencia de las órdenes y de los deseos del poder ejecutivo de La Rioja, lo que es más notable aún cuando el gobernador apenas recorre los primeros meses de su gestión.Los antecedentes sobre las desventuras que debió correr el ex gobernador Angel Maza pueden ser ya como pesadillas en las noches de Beder Herrera, mandatario de una provincia en la que la hegemonía del justicialismo no hará aparecer enemigos en otros partidos políticos que ni siquiera tienen representación parlamentaria, pero quizás sí dentro del propio oficialismo.BLOQUESJusticialista 21Conducción Renovadora 1Dignidad y Lealtad 1