No solo sube la temperatura en enero. También esta tendencia se dio en el transporte público, los peajes, la luz, el gas y seguramente sigan en ese camino las expensas de los consorcios de la Ciudad de Buenos Aires, la telefonía fija, la celular y las obras sociales.

  (Cuarto Intermedio – 12 de enero de 2009)- La novedad, aunque algo anunciada, radica en el aumento de entre el 20 y 28 por ciento en los colectivos, subtes, trenes y premetro, que le dará un duro revés a los bolsillos de los trabajadores comprendidos entre las clases media y baja, que en definitiva son los principales y más fieles usuarios de estos medios de transporte. Según se justificaron desde el gobierno, esta actualización tarifaria (cabe recordar que ya hubo una sobre los trenes y los subterráneos en 2008), permitirá reducir los subsidios que las arcas estatales le dan a las empresas encargadas de prestar estos servicios y, de esa forma, volcar ese dinero ahorrado en la realización de obras o en estimular a los sectores más golpeados por la crisis financiera internacional. No obstante, resulta poco creíble si se tiene en cuenta que el año pasado esa fórmula ideada con el mismo propósito se diluyó.La electricidad, por su parte, presentará un aumento de entre el 100 y el 400 por ciento y el gas entre un 47 y 150%. También, quienes residan en el conurbano bonaerense (además de sumar un peso si se está en hora pico), deberán desembolsar entre un 52 y 104 por ciento más de lo que venían abonando actualmente por transitar los accesos norte y oeste. Ni que hablar entonces, si al automovilista se le llegara a descomponer su vehículo y deba pedir auxilio mecánico: hacer uso del celular podría salir un 10% más caro y peor aún, si no se tuviera uno y necesitara pedirle prestado el teléfono a algún vecino de la zona, podría encontrar resistencia ya que se especula con que las empresas de telefonía fija negocian un incremento del 15 por ciento. De momento, solo se puede agradecer que no se le negará el vaso de agua.Dado que recién comenzaron las vacaciones veraniegas y la relativa distancia que aun separa a enero de octubre, el Ejecutivo aprovechó y aprovechará a tomar las medidas “antipáticas” lo más rápido posible. Luego, las elecciones legislativas (de las que nadie arriesga a dar su pronóstico en el más amplio sentido de la palabra), traerán consigo la promesa de aumentar otras cosas: el empleo, la recaudación, los salarios, las jubilaciones, la seguridad, la confianza y demás acción que motive al elector a depositar su voto en la urna.