La Justicia y las autoridades del Banco Central de la República Argentina no consiguen ponerse de acuerdo respecto del controvertido tema de la falta de monedas. Sobre todo, en un tópico que, dada la escasez de esos elementos, parece central: si vender monedas aun valor superior al que indican sus denominaciones constituye o no delito.

  (Cuarto Intermedio – 13 de enero de 2009)- Una causa judicial iniciada en octubre del año pasado derivó en un allanamiento en un depósito del barrio porteño de Barracas, donde fueron hallados más de 100 tambores de metal conteniendo en su interior unos 13 millones de monedas, por un valor aproximado de cuatro millones y medio de pesos.El depósito pertenecía a una empresa que se dedica, justamente, a distribuir monedas a grandes clientes (cadenas de farmacias, de supermercados, pero no a bancos) y cobra por ese servicio.Basado sobre esa situación, los investigadores de la causa llegaron a una primera conclusión: la actividad de la empresa no era considerada ilegal, y la venta de dinero no figura como delito en ninguno de los Códigos que rigen a la Justicia Argentina. Más aún, según cita un despacho de una agencia de noticias, una fuente no identificada comparó esas operaciones con la compra y venta de dólares, cuyo precio varía según las demandas del mercado.Pero rápidamente el Banco Central salió a aclarar que existen al menos dos disposiciones, una en la provincia de Buenos Aires y otra de la Secretaría de Transportes, que prohíben expresamente la venta de monedas. Los alcances de esa normativa no fueron cuestionados ante la Justicia, pero sus límites podrían ser materia de debate judicial.Tanto es así, que las monedas secuestradas en el allanamiento fueron volcadas al mercado en noviembre pasado, pero la empresa recibió a cambio el importe que correspondía a los elementos metálicos pero en billetes.Con todo, el BCRA explicó que la fabricación de monedas alcanza en la Casa de la Moneda a un total de dos millones de unidades diarias. En el allanamiento fueron secuestradas 13 millones de monedas, y que ese sería el “giro diario” de la empresa para abastecer a sus clientes.