Historia secreta de la caída del violador de Recoleta

Un llamado anónimo al teléfono de emergencias 911 disparó el proceso que terminó con la caída del violador serial de Recoleta. Así se desprende de... Por Cuarto Intermedio

Un llamado anónimo al teléfono de emergencias 911 disparó el proceso que terminó con la caída del violador serial de Recoleta. Así se desprende de la resolución que dictó el procesamiento con prisión preventiva del imputado, al que tuvo acceso Cuarto Intermedio.

  (Cuarto Intermedio – 16 de enero de 2009)- Entre las pruebas valoradas por la jueza Yamile Bernan, figura un “Informe confeccionado por la Dra. María Silvina Rodríguez, Secretaria de la Unidad Funcional de Investigaciones de Delitos contra la Integridad Sexual del Ministerio Público de la Nación, que da cuenta de una comunicación entablada por  el Subinspector Juan Cruz Rodríguez, del numerario de la División   Delitos contra la Salud de la P.F.A”.El fallo explica que el policía “hizo saber a su interlocutora que el día 26 de diciembre pasado, a través del servicio 911, personal de la Comisaría 21ª de la fuerza recibió un llamado telefónico anónimo cursado por una persona de sexo femenino  que indicó que su ex novio , Ulises Gabriel Velásquez, de 27 años de edad, posee características fisonómicas coincidentes con las del identikit que se difunde en los medios televisivos como perteneciente al autor de diversos hechos de abusos sexuales”. Asimismo, agregó  que el mencionado Velásquez habría estado internado en el Hospital Neuropsiquiátrico Borda y  detenido por los delitos de abuso deshonesto y violación. Finalmente, que aquél estaría residiendo con sus padres.Ese llamado fue el que precipitó las tareas de investigación, identificación y detención del acusado. La jueza decidió dictarle la prisión preventiva, entre otros fundamentos, porque “las especiales características de los delitos en estudio y la difusión periodística que, por su trascendencia e interés social, ha tenido esta investigación, autorizan a aventurar el temor que infundiría en las víctimas el hecho de conocer que el incuso ha recuperado su libertad”.