La votaron 243  Demócratas y 85 Republicanos y apunta a cubrir al 75 por ciento de las empresas que recibieron ayuda gubernamental.

 (Cuarto Intermedio  – 19 de marzo de 2009)- En primer lugar, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, puso el grito en el cielo y consideró vergonzosa la medida adoptada por el directorio del American International Group (AIG), consistente en otorgar bonus millonarios a sus empleados e inmediatamente les exigió que dieran marcha atrás.Aún así y ante un inminente escenario que amenazaba con desequilibrar las arcas (ya bastante lastimadas) de las grandes empresas norteamericanas, el Congreso votó un impuesto del 90 por ciento sobre los bonos de los empleados de AIG y otras compañías (bancos, automotrices, industriales, aseguradoras), de donde se estima que se obtendrán unos 5 mil millones de dólares por parte de ellas y de otras tantas asistidas por el gobierno. El impuesto, se aplicará sobre aquellas corporaciones cuyos ingresos excedan los 250.000 dólares, incluyendo los bonus  abonados a partir del 31 de diciembre pasado.