Cómo votar y no morir en el intento

Con un escenario tan cerrado y reñido como el que reflejan las encuestas en varias provincias, tanto en el oficialismo como en la oposición estarán... Por Cuarto Intermedio

Con un escenario tan cerrado y reñido como el que reflejan las encuestas en varias provincias, tanto en el oficialismo como en la oposición estarán pendientes de todos los detalles. Saben que uno o dos puntos pueden definir el futuro de una banca.

 (Cuarto Intermedio  – 22 de junio de 2009)- La oposición parece haber tomado los recaudos necesarios para evitar uno de los grandes males que afectó a la elección presidencial del 2007, como lo fue el robo de boletas. Es cierto lo que denunció la candidata del Acuerdo Cívico cuando dijo que cerca del mediodía de aquel domingo del 28 de octubre, ya no habían más boletas de su partido en muchos colegios de la provincia de Buenos Aires. Para evitar esto, los partidos optaron por repartir las papeletas previamente entre los vecinos, ya sea en la vía pública o casa por casa. De esta manera saben que pueden reducir el margen, al menos en esta modalidad.

Otra de las formas de perjudicar a los votantes y a los cuadros políticos, se da por la modificación electoral que entrará en vigencia en las elecciones del 28 de junio, que estableció la reducción del número de personas en los padrones. Hasta ahora las mesas albergaban a 390 electores y para estas elecciones el número máximo de sufragantes pasó a ser de 360. Esto derivó a que a muchos vecinos se les modifique el lugar de votación, y en algunos casos a distancias considerables. Hay habitantes del Partido de la Costa que por ejemplo se tienen que trasladar a más de 50 kilómetros de sus hogares para votar. Si a esto le sumamos la falta de compromiso político que tiene una porción importante de la sociedad, es un combo para nada alentador.

El “voto cadena” es otra de las modalidades que utilizan los partidos con cierta estructura para asegurarse el sufragio. Este sistema consta de cambiar dentro del cuarto oscuro el sobre oficial que le dan las autoridades de mesa a un puntero al ingresar por otro con firmas apócrifas. Al salir, éste le da el sobre original a un tercero que se encuentra afuera con la boleta del candidato que los contrató para asegurarse que no cambie el voto. Al momento del recuento final, se termina anulando el sobre con las firmas falsas y se cuenta como válido el sobre que contiene las signaturas de las autoridades con la lista del candidato adentro.

La aparición de las casi 50 mil boletas falsas de la fuerza Unión-Pro en el partido bonaerense de Ezeiza no hicieron más que embarrar la cancha. Algunos hablaron de una operación política para implantar la “sensación de fraude” por parte del candidato Francisco De Narváez. No obstante, desde el partido que lidera el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no supieron esclarecer demasiado la situación. Primero intentaron por todos los medios que la noticia no salga a la luz y luego cuando era inevitable, se justificaron diciendo que “se trató de un error de la imprenta”, como declaró el senador Armando Nieto. 

Para concluir vale recalcar que este empantanado panorama electoral, más allá de beneficiar a uno u otro candidato ya sea del oficialismo o de la oposición, lo único que hace es perjudicar al ciudadano y a la transparencia democrática.