El juego de la Oca(ña)

Eso parecería estar haciendo la ex ministra de Salud de la Nación: jugando. Ahora bien; si un día está con uno y al otro con... Por Cuarto Intermedio

Eso parecería estar haciendo la ex ministra de Salud de la Nación: jugando. Ahora bien; si un día está con uno y al otro con el de enfrente, ¿con quién lo estará mañana? Como diría Julio Cleto Cobos, que la historia la juzgue.

(Cuarto Intermedio  – 16 de septiembre de 2009) – “Dependiendo de la casilla en la que se caiga se puede avanzar o por el contrario retroceder y en algunas de ellas está indicado un castigo”, se explica en la enciclopedia online Wikipedia. Como bien lo dicen las instrucciones del famoso juego de mesa, cada casillero depara una sorpresa y, justamente, esa parte parecería ser la indicada para ejemplificar la carrera política de Graciela Ocaña. Una carrera donde con el correr de los años la sostiene a costa de su personalidad de amianto que la hace, por ahora, eludir la instancia del castigo.

Así como el ave Fénix, resurge de las cenizas a fuerza de escándalos y denuncias que de memoria sabe originar. No obstante, ya sea a falta de asesores o gracias a su mencionado carácter de amianto, se olvida lo traumáticas que suelen ser sus despedidas cuando opta por saltar el cerco y abandonar el lugar en donde estaba. Testigo de ello fue cuando en junio (luego de las elecciones legislativas), dimitió del ministerio, “muy a su pesar”, aun con los coletazos del dengue latentes en el norte argentino y con los picos de la Gripe H1N1 (Influenza A), en su máxima expresión y expandiéndose por el resto del país.

Sin la necesidad de recapitular en la historia, cuenta de ello dio su último paso por la administración kirchnerista. Allí y de buenas a primeras, descubrió un nido de corrupción, mafias, irregularidades, sobornos y lo más grave aún, funcionarios, sindicalistas y empresarios ligados a ello. Aunque claro, vale aclarar que nada de eso se originó o sucedió durante sus dos años y medio de gestión, sino una vez con ambos pies afuera y bien lejos de esa cartera.

“Lorenzo es el Yabrán de los medicamentos porque desde el apriete y el soborno hizo enormes negociados con la salud de los argentinos”, “hay sindicalistas que se apropian del dinero de los trabajadores”, “que ahora sea la Justicia la que determine el grado de complicidades”, fueron los conceptos arrojados por Ocaña en una entrevista concedida al diario Crítica de la Argentina. Además y haciendo uso de ese mismo casete, lo propio hizo ante cualquier cámara que se le puso adelante por estos días, siendo su aparición más reciente, en el magro programa que tiene Mariano Grondona en Canal 26. Allí, acompañada por las pseudas reflexiones cargadas de latín esgrimidas por el conductor, aprovechó para arrojar munición gruesa contra quienes formaron parte de su mundillo hasta hace tan solo unos pocos meses. ¿Las razones? Demostrar que en esta oportunidad no se llevó el ministerio “puesto de sombrero” y que la culpa la tienen los demás y la Justicia por no investigar. En otras palabras, barajar y dar de nuevo, según su filosofía.

Recientemente, el ahora multisospechado de pertenecer a la “mafia de los medicamentos”, Juan José Zanola, manifestó: “nunca tuvimos mucha simpatía con ella. Además, cuando nos reunimos en enero, no me planteó ninguna de estas cuestiones que después anduvo desparramando por ahí”. La “hormiguita”, fiel a su estilo y como de costumbre, ya estaba viendo el partido desde otro hormiguero.