Con mucha pena, nada de gloria y una indubitable sensación de impunidad, se cerró la vieja causa de los “ñoquis” del ex Concejo Deliberante porteño.
(Cuarto Intermedio – 14 de diciembre de 2009) – Tres lustros después de que estallara el escándalo, un tribunal oral condenó a penas leves, de dos años de prisión en suspenso, a media docena de imputados, y absolvió “por el beneficio de la duda” a todos los demás. Entre ellos están personajes que tuvieron alta repercusión mediática en tiempos no tan remotos: Humberto Bonanata, Patricia Siracusano, Juan Trilla…
Sólo fueron condenados Norberto Larrosa, Marta Scaravaglione, Osvaldo Martínez, Víctor Ladino, Alfredo Montenegro, Luis Larrosa, Braulio Feliu y Graciela Wainbrach por “estafa” reiterada en perjuicio del erario porteño.
Tras dos meses de deliberación, el tribunal, integrado María Cristina Bertola, Gustavo Roffrano y Fernando Larraín, dio a conocer la decisión. Los imputados, algunos de ellos desmejorados físicamente, lloraron al escuchar sus absoluciones. Los fiscales Mónica Cuñarro, Marcelo Roma, Augusto Troncoso y Horacio Amelotti, que durante años trabajaron intensamente en la causa y llegaron a reunir un departamento de dos ambientes repleto de documentación, aguantaron las lágrimas, pero de bronca y frustración.
Detalle final: la causa se disparó por el “jardinero de De la Rúa”, un hombre que aparecía como empleado del Concejo y presuntamente trabajaba en la quinta de Villa Rosa del ex presidente. De la Rúa nunca fue a juicio: la causa, para él, prescribió.