Depósito en la villa

No se trata de una concepción digna del jurista italiano Cesare Lombroso, quien intentó definir un genotipo del delincuente. Pero a nadie en su sano... Por Cuarto Intermedio

No se trata de una concepción digna del jurista italiano Cesare Lombroso, quien intentó definir un genotipo del delincuente. Pero a nadie en su sano juicio se le ocurriría poner un depósito fiscal, sin custodia ni medidas de seguridad, en proximidades de una villa miseria.

(Cuarto Intermedio – 2 de febrero de 2010)- A nadie se le ocurriría, salvo a la AFIP, que durante años mantuvo en un lugar de esas características un depósito de insumos (básicamente papelería y tonner para impresoras) del Poder Judicial. La consecuencia previsible fue que en 2007, ladrones violentaron el lugar y se llevaron 322 resmas de cartulina, 276 resmas de papel alcalino, 1.178 resmas de papel obra,  18.402.500 de papeles continuos, 54.480 resmas de papel oficio y 2.453 cartuchos de toner, todo por un valor superior al millón de pesos.Como el hilo suele cortarse por lo más delgado, fueron procesados dos empleados de escaso rango, encargados del lugar, quienes reiteradamente habían advertido que el robo era poco menos que inevitable. Ahora, la Cámara Federal porteña puso un poco de racionalidad a la situación y desprocesó a ambos, quienes estaban acusados del insólito delito de “malversación culposa”. Los jueces Eduardo Freiler y Eduardo Farah pusieron blanco sobre negro: “cabe válidamente plantearse si debe responsabilizarse a los encausados y en su caso, en qué medida y por cuáles hechos, ya que, jerárquicamente, se ubican en el eslabón más bajo de la cadena funcional y al menos, desde el año 2006 comenzaron a efectuar constantes e insistentes reclamos a sus superiores para solucionar la complicada situación descripta”. El fallo recomienda investigar las responsabilidades de quienes tomaron la decisión de colocar un depósito fiscal en tan inapropiado lugar.