Púberes

Está claro que todavía somos una República adolescente. Aun no hemos madurado lo suficiente, como para reconocer una equivocación y enmendar el camino. (Cuarto Intermedio... Por Cuarto Intermedio

Está claro que todavía somos una República adolescente. Aun no hemos madurado lo suficiente, como para reconocer una equivocación y enmendar el camino.

(Cuarto Intermedio – 22 de abril de 2010)- Un ejemplo claro es la aproximación que tiene el Poder Ejecutivo frente al sector agropecuario, especialmente en el rubro ganadería y leche (¿cómo se explica el éxito de países como Brasil y Uruguay frente a las penurias argentinas?). Otro, es la falta de coherencia que denotamos (tanto Estado como sociedad civil), en el conflicto con Uruguay, suscitado a partir de la instalación de la papelera Botnia en las orillas del Río Uruguay.Hace poquísimos días, la Corte Internacional de La Haya dictó sentencia, aseverando que Uruguay “violó” el Estatuto de 1975 que regula el aprovechamiento del río fronterizo. Por otra parte, el veredicto sostiene que no está fehacientemente demostrado que la papelera contamine más allá de los estándares permitidos, por lo que concluye que el gobierno uruguayo deberá utilizar los mecanismos de los acuerdos bilaterales si planea autorizar la construcción de otra pastera, como de hecho se planificaba en Montevideo.Quizá el lector se pregunte el por qué de la referencia a la inmadurez. Pues bien, es difícil explicar el ímpetu belicoso de algunos de los principales referentes (y su falta de ánimo para cerrar una herida y continuar con una relación fraternal con nuestro vecino país). Alfredo De Angeli, conocido por su rol en la asamblea de Gualeguaychú y el conflicto con el campo, afirmó que “lo que hizo La Haya fue como dejar a un violador suelto”, agregando también que él esperaba la relocalización de la planta. Además, la consejera de la Cancillería y jefa de la misión argentina ante La Haya, Susana Ruiz Cerutti, dijo que “hubiera sido espectacular que la Corte pidiera la destrucción de Botnia”. ¿Habrán estado leyendo, De Angeli y Cerutti, la doctrina Bush acerca de las acciones preventivas, donde pregona que frente a una amenaza, mayor es el riesgo de la inacción?Lamentablemente, seguimos debatiendo acerca de si debe levantarse, o no, el corte al paso internacional Gualeguaychú – Fray bentos. En otras palabras, y aun cuando encuestas recientes sostienen que 7 de cada 10 personas creen que el corte debería levantarse, parecería que una pequeña asamblea conformada ad hoc posee más entidad que el artículo 14 de la Constitución Nacional.Sí, en nuestro país se bastardean las leyes a diario. Sí, puede comprenderse y tolerarse una reacción frente a la falta de respuesta de un Estado. Sí, Uruguay violó el tratado, y el gobierno argentino debería haber exigido, antes de la construcción de la planta, que la discusión pasase por el órgano pertinente. En cuanto al puente, no cabe en ninguna mente con sentido común que el mismo continúe bloqueado (van ya casi 4 años). Pero que quede claro: no se trata de enviar a la Gendarmería a desalojarlo por la fuerza. El asunto debe ser abordado con seriedad, de manera que quienes se oponen a Botnia, comprendan que la Constitución, la ley, la Corte Internacional y las relaciones entre los países están por encima de un grupo de personas.Pretender lograr la hipótesis de máxima sin dar el brazo a torcer refleja una tesitura sin igual, que inclusive va contra los intereses de nuestro país. Vivimos en un mundo que no comparte ni concibe la visión -anacrónica, por cierto-, de la asamblea de Gualeguaychú. Por el contrario, deberíamos ser un poco más humildes, y reconocer los errores propios, y plantear políticas y relaciones superadoras a futuro, y así, volver a la normalidad con el Uruguay, y serenar uno de nuestros frentes de conflicto.Siendo que cruzo el río Reconquista casi cotidianamente, y el Riachuelo cada tanto, obviaré las reflexiones acerca de un mal llamado hipocresía argentina.