Une y vencerás

No creo en las conspiraciones, pero alguien (o algunos), inspirado en una máxima del filósofo político florentino Nicolás Maquiavelo, está procurando fragmentar a la sociedad,... Por Cuarto Intermedio

No creo en las conspiraciones, pero alguien (o algunos), inspirado en una máxima del filósofo político florentino Nicolás Maquiavelo, está procurando fragmentar a la sociedad, razonando que, de esa manera, será más fácil su control. “Divide y reinarás”, escribió Maquiavelo.

(Cuarto Intermedio – 29 de abril de 2010)- Hemos vivido ejemplos recientes de esto, tales como aquellas acciones y declaraciones realizadas por Luis D’Elía, en donde se refería al pueblo como los negros, y a los oligarcas como los blancos. Desde el gobierno, muchas veces se deduce que si no se está de acuerdo en algún tema, entonces se está directamente contra Cristina Fernández. Da la sensación de que no se puede debatir nada acerca de los juicios contra los líderes de la dictadura; o se está a favor de que continúen ad infinitum, o se está a favor del Proceso de Reorganización Nacional. Como dije, este maniobrar persigue un claro objetivo, que es alzarse como cabeza en un frente que esté a favor de “lo bueno”, en contra de un grupo opositor fragmentado que no es otra cosa que “lo malo”.Hay que reconocerle a quien conciba esta estrategia el mérito de poseer una brillante genialidad política. En otras palabras, se trata de una táctica que aumenta notoriamente las posibilidades de ganar batallas, sean electorales o de opinión pública en el corto plazo. Esta semana, la señora de Bonafini, líder de las Madres de Plaza de Mayo, llamó a una convocatoria para poner en escena un juicio ético y político a los periodistas cómplices con la dictadura. Magdalena Ruiz Guiñazú, Bernardo Neustadt, Chiche Gelblung, Mariano Grondona, Joaquín Morales Solá, Mauro Viale y Julio Lagos integran aquella lista. Ahora bien, las Madres tienen su prestigio bien ganado, a raíz de su tenaz lucha por los derechos humanos en los tiempos más oscuros del país, y sin embargo, proponen una acción como ésta, escudándose en su citado prestigio. Por tanto, como se deduce que no se puede estar en contra de las Madres, se está contra Ruiz Guiñazú o Bernardo Neustadt, independientemente de que la primera formó parte de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), y de que el segundo está muerto, y no tiene siquiera el derecho a réplica. Además, el hecho de que un grupo se arrogue el derecho de juzgar a una o más personas en las condiciones propuestas por las Madres resulta extremadamente delicado, habida cuenta los antecedentes que tenemos los argentinos en esta materia. Me refiero al secuestro y juicio del ex presidente de facto, Pedro Eugenio Aramburu, de manos de la Organización Montoneros.Por más que la táctica sea genial, no deja de tener el problema de que le falta visión de largo plazo. Falta pensar en ideas que trasciendan a los hombres y mujeres, y que hay cosas que deben hacerse en nombre de la República más allá del costo político que revistieren.Sería interesante observar más a nuestros vecinos, e imitar algunos de los comportamientos que nos ofrecen. Las campañas electorales en Chile y Uruguay han sido un ejemplo de civilidad. Por más que existe cierta polaridad política, no se promueve la división de la sociedad. Se fomenta el diálogo, se celebran los aciertos de los adversarios, y se comprende que algunas cuestiones fundamentales deben tener continuidad en el tiempo. Basta mirar la transición presidencial chilena entre la presidente saliente, la socialista por la concertación Michelle Bachelet, y el entonces presidente electo, el empresario derechista Sebastián Piñera.Conservar la memoria es necesario para conocer nuestra historia, aprender de nuestros errores y aciertos, y evitar que vuelva a germinar la semilla del terrorismo de Estado. Pero eso debe ir de la mano del deseo y el trabajo por construir una sociedad con más oportunidades y calidad de vida en el futuro inmediato, de forma que, en nuestro tiempo, podamos gozar de una mejor República.