Entre ofuscado y resignado, el abogado Omar Daer se quejaba porque un fallo a favor de uno de sus clientes, Carlos Menem, no había merecido la misma repercusión que cuando los resultados son adversos.

(Cuarto Intermedio – 1 de junio de 2010)- La noticia podía leerse de dos maneras. Menem fue beneficiado por una causa en la que estaba acusado por vender una plaza. “Durante el menemismo se vendieron hasta las plazas”, podría decirse, no sin malicia, pero también con razón.Lo cierto es que la Cámara Nacional de Casación Penal benefició a Menem y a Domingo Cavallo, dejó en suspenso sendos procesamientos por “peculado”, y ordenó revisar si después de 17 años de tramitación la causa está prescripta. Y en el caso que no lo esté, si no se violó el derecho de los ciudadanos a ser juzgados en un “plazo razonable”. Menem y Cavallo estaban acusados por la venta, en agosto de 1992, de un terreno fiscal en Retiro en el que funcionó la Plaza Salvador María del Carril y hoy tiene instalado un mercado. El predio está en una zona carísima, mide casi 1.700 metros cuadrados, pero fue vendido a sólo 400 mil dólares.El fallo de Casación no dice que Menem y Cavallo son inocentes, sino que la causa pudo haber prescripto y que, si no fue así, la ineficiencia en la investigación no puede estirar indefinidamente el expediente.“Carlos necesita que de vez en cuando la justicia le haga un mimo”, se sinceró Daer. Parece que la Casación lo escuchó.