El gobernador Jorge Capitanich (Partido Justicialista) y el diputado provincial Hugo Maldonado (Unión Cívica Radical) protagonizan en el Chaco un durísimo cruce de acusaciones, poco habitual entre integrantes de dos poderes del Estado.
(Cuarto Intermedio – 3 de agosto de 2010)- El duelo comenzó el último día de julio, cuando en una conferencia de prensa brindada en la Casa Radical, Maldonado dijo que Capitanich se había quedado “con dinero del Banco de Formosa” y cometer el delito de “enriquecimiento personal ilícito”.La respuesta de Capitanich no tardó en llegar. Ese mismo día, intimó al diputado a que en 48 horas ratifique o rectifique sus afirmaciones, bajo apercibimiento de promover acciones legales por calumnias e injurias.A través de su abogado, Capitanich señaló que de las palabras del diputado radical “surge su total mala fe e intencionalidad de imputar al señor gobernador, hechos absolutamente falsos y/o falseados en su contenido y/o alcances”.Los legisladores cuentan con inmunidad de opinión, lo que dificulta el avance de una causa como la que amaga Capitanich, aunque incluso ese privilegio parlamentario tiene límites según algunos expertos en derecho constitucional.El artículo 102 de la Constitución sentencia: “Los diputados son inviolables por razón de las opiniones vertidas y de los votos emitidos en el desempeño de sus cargos. Ninguna autoridad podrá interrogarlos, reconvenirlos, acusarlos o molestarlos por tales causas”.De todos modos, lo que el gobernador peronista busca es que no quede sin respuesta la fuerte acusación de la que fue objeto por parte de Maldonado.No obstante, Maldonado insistió al calificar a Capitanich de “pastorcito mentiroso”, y le exigió que “responda personalmente sobre sus acciones de gobierno y la exigencia de que siga los canales institucionales de acuerdo a lo que establece la ley”.