Inseguridad vial

La agenda de los medios de comunicación se tiñó de rojo en las últimas semanas como consecuencia de los accidentes de tránsito en las calles... Por Cuarto Intermedio

La agenda de los medios de comunicación se tiñó de rojo en las últimas semanas como consecuencia de los accidentes de tránsito en las calles de la Capital Federal. Hoy, los protagonistas son los colectiveros y gran parte de la prensa se pregunta quién lo será mañana… ¿Y antes que pasaba?

(Cuarto Intermedio – 20 de agosto de 2010)- Recordemos: en enero de 2007, Cuarto Intermedio publicaba en el número 42 de su versión impresa unas líneas acerca del descontrol en la vía pública de las calles porteñas donde en lugar de responsabilizar a alguien en particular (como lo hacen hoy con los colectivos), se analizaba el comportamiento de la sociedad en su conjunto al momento de “autotransportarse”.Desde aquella fecha a éstos días, se creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) mediante la Ley Nº 26.363. También aumentaron los controles de alcoholemia y hasta  nació una nueva fuerza policial en la Capital Federal, sumada a la ya existente (¿y extinguida?) Guardia Urbana.Vale la pena entonces, recordar aquellos párrafos que al igual que la letra del tango Cambalache interpretado por el uruguayo Julio Sosa, parecerían no haber perdido nada de actualidad:  …“La inconducta cotidiana en el tránsito urbano es la conducta ciudadana. Las motos, en un alto porcentaje regenteadas por las empresas de cadetería y los denominados delivery, recorren la ciudad piloteadas por intrépidos conductores que evidencian un total desprecio por lo más preciado que poseen: “su propia vida”. Todas las piruetas concebibles y las inconcebibles son realizadas a vista y paciencia de cualquier transeúnte (llámese peatón, policía o guardia urbana), y a las luces de los semáforos seguramente se consideran un elemento decorativo o se desconocen porque poseen tres colores diferentes. No es mejor el panorama con los ciclistas, dado que hacen lo mismo que sus colegas, pero como la velocidad que desarrollan es menor, entorpecen más el transito. Párrafo aparte para los taxistas. Tienen un estilo similar al de los de cualquier otra ciudad del mundo, pero en el folcklore local le agregan el famoso “yiraje”, llámese la circulación a bajísima velocidad por el andarivel derecho de la calzada, de la bocacalle, del cruce de calles, y por donde sea, cuando no la moda de cruzarse hacia el extremo opuesto a la misma velocidad por que se ha decidido a doblar en la búsqueda del pasajero perdido por nuevos rumbos. Los colectivos no necesitan párrafo aparte, son viejos conocidos de todos los habitantes de la ciudad. Lo que sí han vuelto a agregar es la decoración aérea con las pesadas cargas de gases de colores que todos vemos y nadie controla. Circulan autos antiguos que nadie imagina quién verifica y, consecuentemente, en qué estado están sus frenos, entre otras cosas. Por último los peatones: cruzan por donde quieren y sin siquiera mirar. Al igual que los motociclistas y los ciclistas desprecian su vida de manera increíble.La pregunta luego de este paneo diario sería: ¿adónde esta el Estado? ¿Por qué el ciudadano común vive prisionero de la dictadura de las minorías? ¿Qué servicios brinda el Estado, a cambio, a aquellos que contribuimos, más que nadie, a la seguridad social a través del pago de los tributos? ¿Mejor policía, mejores hospitales, mejores escuelas, mejor ordenamiento, mejor limpieza? El mensaje que la sociedad recibe de sus gobernantes es que la irrespetuosidad a la convivencia merece protección. No es que el Estado no tenga políticas, sino que ha desaparecido”.