Inhibiciones

Un hombre una vez me contó lo siguiente: Un conocido suyo debía realizar un viaje a Australia para concretar una importante transacción. Sin embargo, continuamente... Por Cuarto Intermedio

Un hombre una vez me contó lo siguiente: Un conocido suyo debía realizar un viaje a Australia para concretar una importante transacción. Sin embargo, continuamente posponía dicho viaje alegando que tenía miedo de que el avión se cayese; no era otra cosa que una fantasía, claro está.

(Cuarto Intermedio – 27 de agosto de 2010)- Ahora bien, ¿cuáles pueden ser las razones de aquella forma de pensar? Que, en el fondo, ¿prefería no realizar la mencionada transacción? ¿Qué tenía miedo a lo que pasaría el día después? Vuelos transoceánicos hay todos los días, y la probabilidad de un accidente de aviación es aproximadamente una en ocho millones…Cabe entonces el planteo de cómo hacer para superar determinadas inhibiciones. ¿Por qué ciertos países superan grandes obstáculos, y otros no? ¿Cómo puede ser que algunas naciones tengan personalidades destacadísimas, pero que su país de origen no logre despertar de un largo letargo?Se me ocurre señalar a Daniel Barenboim, quien estuvo recientemente de paso por nuestro país. Este señor no sólo es una figura destacada de la música clásica a nivel mundial, sino que desde niño ya mostraba aptitudes que estaban por sobre la media (dio su primer concierto con sólo 7 años). En su último paso por Buenos Aires, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires organizó un concierto en la avenida 9 de julio. Allí, Barenboim y su orquesta West-Eastern Divan, brindaron un majestuoso concierto que fue presenciado por más de 40 mil personas. Si bien Beethoven habría sugerido que la acústica para su música no fue la ideal, el despliegue de Barenboim en un evento masivo como este fue único en el mundo.La orquesta West-Eastern Divan está conformada por 43 músicos israelíes, 16 españoles y otros 36 instrumentistas de Palestina, Jordania, Líbano y Egipto; la dirige Daniel Barenboim, argentino-israelí que aboga por la declaración unilateral de un estado palestino. Sin duda Barenboim no se encuentra inhibido de transmitir que “se puede”. Llevará más o menos tiempo, pero en su orquesta personas distintas con pensamientos variados pueden convivir y desarrollarse en paz (sería interesante que la región de Oriente Medio tomase este ejemplo).Por otra parte, hoy Pakistán sufre una inundación que se ha constituido en su peor catástrofe natural, y que ha destruido casi toda la infraestructura que mantiene al país unido: carreteras, puentes, escuelas, clínicas de salud, electricidad y comunicaciones. Este grado de destrucción atrasará a Pakistán muchos años, si no décadas, debido al tiempo físicamente necesario para reconstruir las obras preexistentes al desastre. Además, entre las razones políticas que dirigen parte de los esfuerzos a combatir la insurgencia talibán, y las causas estructurales recientemente mencionadas, Pakistán, aun queriendo, no podrá dar ese gran salto al futuro.La Argentina se enfrenta a un dilema de similar índole. Sin guerras, terrorismo o catástrofes naturales, sus dirigentes (principalmente de la oposición), deberán decidir, y rápido, si están dispuestos a aunar esfuerzos, para que con grandeza nuestro país deje de lado el pensamiento contemporáneo infectado por un maniqueísmo anacrónico (es confuso, a veces parecería que la discusión es peronismo o antiperonismo).Sin entrar en un juicio de valor acerca de si tal o cual decisión de gobierno esta bien o mal, los llamados opositores (y gran parte de la sociedad) deberán preguntarse por qué siguen inventando excusas para no hacer aquello que realmente transformará positivamente al país.