Pasó prácticamente inadvertida una noticia sobre refugiados chilenos en tiempos de democracias.

(Cuarto Intermedio – 10 de septiembre de 2010)- El juez en lo contencioso administrativo y tributario de la Ciudad de Buenos Aires Roberto Gallardo autorizó a un matrimonio trasandino, Sandra María Aburto Azolas y Esteban Patricio Olivares Muñoz, a vender sus artesanías en las peatonales Lavalle y Florida. En un extenso fallo, Gallardo hizo hincapié en la calidad de refugiados de ambos chilenos, aunque no ahondó en las razones por las cuales adquirieron ese status. Sólo se limitó a indicar que “el certificado otorgado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura indica que Olivares Muños fue reconocido como refugiado bajo el Mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados en Argentina”. El juez aludió tácitamente a la doble victimización, ya que los chilenos denunciaron “una persecución y hostigamiento permanente llevada a cabo por inspectores de la Ciudad de Buenos Aires, los cuales amenazan a diario con decomisarnos las pinturas si persistimos en trabajar a lo largo de la referida calle peatonal”. Y por ello, le ordenó a las autoridades porteñas que los dejen vender sus artesanías en la vía pública, y le notificó a la Policía Federal que no debe molestarlos cuando lo hagan.