El 9 de octubre, John Lennon hubiera cumplido 70 años. El dato es certero; todo lo que se refiere a lo que él hubiera dicho, pensado o interpretado sobre los tiempos que corren, caen en el terreno de la especulación.
(Cuarto Intermedio – 9 de octubre de 2010)- Sin embargo, su genialidad trascendió la música; Lennon le ofreció al mundo definiciones profundas, que bien pueden agitar la tranquilidad de aquellos que eligen no cuestionar.Los Beatles provocaron una revolución; su música producía efectos mágicos y difíciles de explicar. El fanatismo por la banda y sus integrantes llegó a un punto tal, que se dice que durante algún concierto los gritos de los seguidores y seguidoras impedían que los músicos se escuchasen. Y todo esto, antes de la era de la comunicación…Lennon, consciente de la magnitud de su fama, sostuvo en una entrevista que Los Beatles eran más populares que Jesús, lo que provocó un gran escándalo, al punto que algunos individuos llegaron a quemar sus discos en público. Esta frase, en realidad, era una señal de alerta, advirtiéndole a los fanáticos acerca de lo peligros de la idolatría pop; se refiere también a los riesgos de la aceptación sin cuestionamientos. Una idolatría que entonces, como hoy, sigue siendo ciega, no responde a la razón, y muchas veces lleva a decisiones insólitas.El concepto que plantea la necesidad de despojarse de un tutelaje externo, sea Lennon, Messi, Lady Gaga o Marcelo Tinelli, tiene muchos años. Immanuel Kant escribió que todas las personas tienen la capacidad de razonar, pero no todos lo hacen. Ilustrarse remite a la liberación de la culpable incapacidad de razonar. Pero para ello, se necesita voluntad y coraje, y quien decide no hacerlo elije permanecer en una situación más cómoda. Escribe Kant, “para esta ilustración no se requiere más que una cosa, libertad”. Libertad de crítica, que debe ser escrita; libertad de pensamiento.Lo genial de Lennon (además de su prédica pacifista, entre otras cosas), fue que se vio a sí mismo y el mismo alerta que aplicaba a los fans aplicaba para él. En una entrevista concedida poco después de la muerte de Elvis Presley, sostuvo que al rey siempre lo matan sus cortesanos. Al rey lo sobrealimentan, lo sobreprotegen… todo para que permanezca en el trono. La mayoría de las personas en esa posición, nunca más se levantan. Por eso, luego de la separación de Los Beatles, Lennon inició un retiro y decidió dedicarse a criar a su hijo Sean y a vivir en Nueva York como una “persona normal”.Aquellos que viven en alguno de los dos extremos, sea en el mundo del rey, o en el mundo de los fanáticos, tienen, generalmente, la característica de que se escinden de la realidad. Unos se aferran a cargos independientemente de lo que pasa en la calle; otros, por caso, celebran cualquier iniciativa o los adulan sin espíritu crítico. Cuando se trata de una nación, puede llegarse al punto en que el bien común queda completamente postergado.La ilustración es el camino, un camino que hay que recorrer. Sólo así la solución a los grandes temas dejará de pasar por un salvador mesiánico. En caso contrario, puede que, como dijo Lennon, la vida no sea más que lo que pasa mientras uno está haciendo planes para otra cosa.