Una semana antes de las elecciones para consejeros de la magistratura de la ciudad de Buenos Aires, varios candidatos se acordaron de hacer campaña a través de acciones judiciales.
(Cuarto Intermedio – 8 de noviembre de 2010)- Así, el actual integrante del Consejo nacional y postulante para el porteño, Santiago Montaña, pidió la citación del juez Norberto Oyarbide por el artículo 20 del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación en el expediente disciplinario en el que se lo acusa de entorpecer la investigación de su par Claudio Bonadío en la causa Nº 18.304/06 caratulada “Moyano Hugo y otros s/ delito de acción pública”.Montaña votó a favor de la desestimación del juicio político contra Oyarbide por haber sobreseído rápidamente al matrimonio Kirchner en una causa por presunto enriquecimiento ilícito, con una pericia económica cuestionada hasta por los propios oficialistas.El otrora hombre fuerte del Colegio Público de Abogados, Jorge Rizzo, también incursionó en la “denunciamanía”, esta vez embistiendo contra un hombre de Mauricio Macri en la Justicia: Jorge Enríquez. Lo denunció por presunto abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público y malversación de caudales que se habrían cometido en el proceso de liquidación de la ex caja previsional de los abogados porteños CASSABA.Esa caja previsional le permitió a Rizzo adquirir notoriedad en el mundo abogaderil. Pero Rizzo perdió la elección para consejero de la Magistratura nacional por su supuesta afinidad con el kirchnerismo, y ahora apoya a sus colaboradores más estrechos para que sean consejeros en la Ciudad.Con todo, estos dos al menos dieron la cara. Mucho peor y más cobarde fue el mail que envió un desconocido acusando a los integrantes de la agrupación de Rizzo en el Colegio de Abogados, “Gente de Derecho”, de tener “ñoquis” en el consejo porteño. En ese rubro mencionaron a Daniel Fábregas, Silvia Carqueijeda Román, Enrique Marega, Silvia Bianco, Beatriz Rial, Juan Pablo Godoy Vélez, entre otros, como presuntos “ñoquis”. Todos ellos tienen legajo en el Consejo de la Ciudad y trabajan, de hecho allí. La interna de los abogados da para este tipo de cobardías, y para muchas otras bajezas.