¿Cuán lejos queda Bahrain?

Debe ser el poder. O tal vez la pleitesía. ¿Cómo se explica, de otra forma, que naciones avanzadas respondan a los desafíos del siglo XXI... Por Cuarto Intermedio

Debe ser el poder. O tal vez la pleitesía. ¿Cómo se explica, de otra forma, que naciones avanzadas respondan a los desafíos del siglo XXI con técnicas anacrónicas, antiguas, casi medievales? El amanecer árabe despertó a aquel pueblo. Primero fue Túnez. Siguió Egipto. Hoy es Bahrain.

(Cuarto Intermedio – 21 de febrero de 2011)- Es curioso, hasta estos días, los movimientos pro-democráticos tuvieron éxito en aquellos países cuyos sistemas de gobierno son repúblicas. Hubo alguna manifestación en Marruecos y en Jordania, pero rápidamente fue neutralizada. Anuncios reformadores por parte de los respectivos reyes fue el antídoto.Hoy, el panorama es sustancialmente diferente. El despertar democrático se trasladó a Bahrain. ¿Bahrain? Veamos. Bahrain es el país más pequeño del golfo pérsico. Es un archipiélago compuesto por 33 islas, y comparte fronteras con Arabia Saudita y con Qatar. 1.2 millones de personas habitan las islas, con un PBI per cápita de aproximadamente US$ 27 mil.Hay más. Bahrain, un aliado importantísimo de los Estados Unidos, es un centro internacional de finanzas. También aloja a la 5ta flota naval del país más poderoso del mundo. Se trata, nada menos, de una nación educada y rica, con una gran clase media, y una visión cosmopolita del mundo. Cabe señalar, también, que este país no es otra cosa que una monarquía absoluta, con la familia Al Khalifa en el trono desde hace más de 200 años.El asunto es que, por más moderado que uno sea, en algún punto el cuestionamiento al absolutismo es lógico. ¿Por qué algunos tienen derechos que otros no tienen? ¿Por qué la mayoría del pueblo que habita el archipiélago jamás podrá participar de las decisiones que definen el destino de su tierra? ¿Alcanza sólo con el desarrollo, o es necesario cierto grado de representación y protagonismo?Todas estas preguntas parecen válidas y sensatas. Sin embargo, la gente se manifestó en Manama (la capital), y la sangre no tardó en llegar. El régimen desató una brutal represión y causó varios muertos. Balas de plomo, disparadas desde la calle y helicópteros, dieron la vuelta al mundo gracias a la interconectividad global. Paramédicos que fueron golpeados por ayudar a los heridos. Un detenido ejecutado. Un célebre médico internado, en coma, por querer colaborar. Algo hace ruido. Un país avanzado y moderado, respondiendo de esta forma a las inquietudes lógicas de los tiempos que corren. Uno de los desafíos que nos presenta el mundo de hoy es que el allí es el acá. Lo que pasa en una punta del globo, repercute inmediatamente en otro lado. Por eso, me parece que debemos prestarle atención a lo que está pasando en el mundo árabe.Para una nación avanzada como la Argentina, el juego democrático-electoral que nuestros dirigentes nos proponen es francamente arcaico. Es cierto, si somos avanzados, o no, es discutible. Pero llevamos casi 200 años de independencia, y mucha experiencia de aquellas cosas buenas, y esas que no lo son. Por eso, me da la sensación de que es hora de hablar en serio. De desarrollo sustentable. De eliminar la pobreza. De insertarse en el mundo de manera independiente, pero seria. De terminar con los flagelos de la inseguridad, la inflación y la corrupción.Las listas colectoras, el episodio del avión militar, la imprevisibilidad electoral (a 9 meses no tenemos candidatos ni se sabe a ciencia cierta las fechas de algunas elecciones provinciales, ni la implementación de las primarias) y las chicanas continuas no son otra cosa que métodos viejos en el siglo nuevo.Parte de la responsabilidad está del lado de nuestros dirigentes, que han jurado desempeñar el cargo con honor e idoneidad. Pero parte de la responsabilidad, también, nos corresponde a los ciudadanos. Para que los temas de fondo mencionados estén en la agenda política (que todavía no se han abordado integralmente), tal vez sea necesario que salgamos a la calle.En este rincón del mundo, nadie lo hizo aún. Pero puede que sea porque nadie atinó a hacerlo.