Problemas

Oficialistas y opositores tienen problemas, no solo para afrontar las próximas elecciones, sino para definir su futuro. (Cuarto Intermedio – 24 de febrero de 2011)-... Por Cuarto Intermedio

Oficialistas y opositores tienen problemas, no solo para afrontar las próximas elecciones, sino para definir su futuro.

(Cuarto Intermedio – 24 de febrero de 2011)- La “ciudad verde” de la que habla el jingle del spot publicitario del gobierno porteño, por ahora parece ser la del musgo que comienza a cubrir las paredes de los barrios inundados. Verdes de indignación quedaron también dirigentes que, como Gabriela Michetti, comenzaban a tragar el sapo de la alianza de Mauricio Macri con Eduardo Duhalde cuando escucharon al ex Presidente asegurar que jamás apoyaría a un candidato no peronista para, no conforme con ello, fanfarronear luego con que Macri no tiene chances de ganarle en una interna.En los cálculos de Macri, la ciudad es lo suficientemente “PRO” como para retener el gobierno con cualquiera de los precandidatos que finalmente sea postulado. El crecimiento de su imagen positiva a nivel nacional y el aporte de candidatos como Del Sel en el crucial distrito de Santa Fe, no le garantizan acceder a la presidencia o a gobernaciones, pero si hacer base en varias provincias como paso necesario para las elecciones de 2015. Advertido está de los riesgos que tiene, ya sea por las inclemencias climáticas, o por las de un kirchnerismo que maneja tan bien a organizaciones sociales como a sindicatos, sin olvidar algún que otro juez.Aunque se pongan nerviosos quienes le aconsejaban asegurar el triunfo en Capital con su postulación a la reelección, el razonamiento de Macri parece acertado, sobre todo observando todo lo que tiene por ganar en función de lo poco que arriesga en representación parlamentaria (3 diputados y ningún senador). Aunque ni Claudio Lozano, ni Adrián Pérez, ni el candidato que unja el kirchnerismo (por ahora parece Amado Boudou, pero ni Daniel Filmus ni Carlos Tomada se resignan), o el radical (Facundo Suárez Lastra, Silvana Giudici), parecen poner en duda la continuidad del PRO.En el partido del gobierno, los problemas parecen menores porque en lo inmediato se descuenta el triunfo de Cristina en las presidenciales, sea en primera o segunda vuelta, por las buenas o como sea que se les ocurra a quienes ordenan los padrones. El problema estaría en las legislativas, dado que contrariamente a lo que le sucede a otros partidos, arriesga muchas bancas y hasta un triunfo en primera vuelta con el 44% de los votos estaría lejos de arrastrar una cosecha legislativa que le sirva para recuperar el quórum. Será muy interesante ver quiénes son los candidatos a legisladores con los que intentarán seducir al electorado bonaerense y porteño, dado que las testimoniales ya no son una opción.Según las hipótesis más optimistas, el apoyo parlamentario al gobierno -en principio, dado el impredecible transfuguismo de algunos legisladores y hasta de bloques- resultaría mermado respecto al ya menguado en 2009.Sin embargo, de no producirse algún impredecible cataclismo externo, la falta de apoyo parlamentario al gobierno -por las particularidades de nuestro armado institucional-, no será importante durante los primeros dos años. Veto más o veto menos, el Ejecutivo podrá seguir gobernando como en el 2010 y 2011 (este último ya sin Presupuesto), tras perder las legislativas de 2009. El problema sigue siendo mantener el poder, ahora no después de diciembre, sino luego de 2013, cuando no haya solución alguna al problema de la sucesión que generó la muerte de Néstor Kirchner y cuando sean evidentes las consecuencias de algunos desmanejos en lo económico. Si hay algo que está quedando evidenciado con la indefinición pública respecto a la reelección de la Presidenta, es que no hay otro candidato que garantice la continuidad de lo que algunos gustan llamar “modelo” o “proyecto”, aunque la mayoría no tenga la menor idea de qué se trata.Scioli asegura a sus íntimos que “con Cristina tiene acordado su apoyo para estas presidenciales y ser su sucesor en 2015”. Pero en el entorno de Cristina recelan de Scioli, no solo como garante de su impunidad, sino como continuidad para sus negocios, por lo que no es casual el impulso a la colectora de Martín Sabbatella. Los actuales ideólogos del partido gobernante, preferirían ser opositores a verse conducidos por Scioli a partir de 2013, por lo que no esperarán hasta entonces para comenzar a esmerilar su poder.En el entorno de Scioli, pocos entienden su capacidad para absorber y procesar humillaciones y todos ansían el día en que abandone el nido kirchnerista.