El legislador porteño Martín Hourest nos brindó un completo panorama acerca de los temas que por estos días hicieron “ruido” en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires: elecciones, problemática habitacional, Presupuesto y gestión macrista. Además, opinó acerca de la de la inflación y de su impacto sobre las políticas sociales que implementó el gobierno nacional.
(Cuarto Intermedio – 16 de marzo de 2011)- Recientemente propuso conformar un frente con las demás fuerzas progresistas de la Ciudad de Buenos Aires para disputar la jefatura de Gobierno. ¿Cómo piensa seducir a una oposición tan fragmentada para lograr ese cometido?- Me parece que hay tres cuestiones centrales que abordar para responder a la pregunta. La primera, es demostrar en los hechos cuál es el nivel de distancia y de indignación que frente a la gestión de la derecha en la Ciudad tenemos las distintas fuerzas. Esto es, si lo que nos separa de una visión “menos que municipalista” de los problemas de la región metropolitana y del objetivo retroceso de lo público (entendido como lo de todos, disponible igualitariamente y de calidad), es más fuerte que las diferencias que objetivamente tenemos entre las distintas fuerzas.La segunda cuestión es aclarar si una cultura participativa, democrática, solidaria y que apunta a reducir las desigualdades, que creo incluye a gran cantidad de mujeres y hombres de la Ciudad , debe quedar aprisionada en una opción engañosa entre el Gobierno Federal y el local. O, para hablar sin eufemismos, si nos merecemos que nuestra agenda de problemas y nuestras soluciones las determinen los aparatos publicitarios del kirchnerismo y el macrismo y quienes les financian las campañas.La tercera, es que la Ciudad de Buenos Aires destina menos del 7% de su PBG al financiamiento del Estado y eso es insostenible (es la mitad de lo que destinan distritos similares) y por ende si queremos educación pública, salud y vivienda de calidad; si aspiramos a equilibrar socio-territorialmente la Ciudad y asumimos que nuestro destino está asociado a la región metropolitana, la unidad de los diferentes, además de una obligación ética, es un imperativo para la eficacia en la gestión.Ahora, si algunos prefieren juntar otros cuatro años de daños de la derecha para salir mejor en la foto, cuestión de ellos; a uno podrán acusarlo de soñador o de voluntarioso, no de egoísta o irresponsable.Respecto a la sanción del Presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires, ¿a qué piensa que obedeció el cambio de postura al momento de la votación en aquellos legisladores que habían mostrado su disconformidad en diciembre pasado? – Algunos opositores se quedaron conformes porque se reconoció la indexación salarial (que de todas maneras había que incorporar como se hizo el año pasado) y les dejaron pasar la ausencia de rendición de cuentas y el ocultamiento de datos sobre la recaudación actual y prefirieron evitar una operación mediática de Macri “victimizándose”. De ese modo, le dieron 25.000 millones de pesos sin control.Reclamamos en cada ocasión que se trató el Presupuesto: la eliminación de los superpoderes, el establecimiento de metas físicas, el establecimiento de un régimen de sanciones para los funcionarios que subejecutan el Presupuesto (recordemos en el año de las escuelas cayéndose y la toma de tierras por ausencia de viviendas), el reconocimiento de una pauta inflacionaria realista para indexar salarios, pero fundamentalmente, para reformular el gasto social (sus beneficiarios pagan bienes mas caros, no tienen sistemas de asistencia y no discuten paritarias) y el establecimiento de una reforma tributaria integral con impuesto inmobiliario progresivo, gravar la especulación financiera y bursátil, reestablecer el impuesto a la herencia y tomar el control sobre lo producido por el juego.Pedimos la presencia del Ministro Grindetti para que explicara como se endeudaron en cientos de millones de dólares a una tasa absurda y con comisiones escandalosas y luego porque no sabían hacer subtes, ni obras viales, los pusieron a desvalorizarse en el Banco de la Ciudad. Y encima piden nuevo endeudamiento para este año.A raíz de los sucesivos hechos de “tomas” en los espacios públicos, ¿cuál es su opinión respecto a la política habitacional del gobierno de Mauricio Macri? – Una cifra brutal en el año 2010: Macri gastó en construcciones de vivienda menos de 80 millones de pesos, que es la mitad de lo que gastó en publicidad y propaganda. El gobierno de la Ciudad carece de una política seria de vivienda y hábitat.La dimensión del problema es colosal ya que hay 500.000 personas con problemas de vivienda en la Ciudad.Una es la problemática de villas y asentamientos y los programas de autoconstrucción de viviendas y de urbanización, que a pesar del esfuerzo de muchas cooperativas es pavorosamente insuficiente.Otra es el mantenimiento de complejos habitacionales (Piedrabuena, los Savio, etc.) y las áreas en declinación urbana y la problemática de recuperación y refuncionalización de edificios. Aquí, o no hacen nada, o van corriendo atrás de las decisiones de los jueces.Tenemos la cuestión de las viviendas destinadas a sectores medios y medio bajos, nosotros hemos propuesto créditos hipotecarios subsidiando la tasa al 100% y la provisión de garantías para alquileres a través del Banco Ciudad, pero esas ideas no cuadran con la lógica de desarrolladores inmobiliarios que tiene esta gestión.Finalmente les hemos planteado cuestiones de rediseño urbano y emergencia de redes de agua y electricidad en distintos barrios ( Caballito, Villa Pueyrredón, Urquiza, Palermo,etc) pero tienen que aparecer tragedias como las que tuvimos para que recién se preparen a escuchar. Están saturados de intereses y anémicos de ideas.Como será la cuestión que a lo largo de estos años le han quitado la plata que el Presupuesto destinaba a vivienda para transferirla a veredas y bacheo, lo que no pudieron manotear (que es lo que reciben por el producido del juego) solo lo ejecutaron para pagar salarios. Pasando al ámbito nacional, ¿cómo va repercutiendo la inflación sobre las políticas sociales o de inclusión que desde la Casa Rosada se vienen implementando (Asignación Universal por Hijo, Planes Sociales, jubilaciones, entre otros)? – La inflación es violencia sobre los mas pobres y los que no tienen capacidad de defender sus efectos. En nuestro país el colectivo de trabajadores mas numeroso es el de los informales (ronda el 35%) y funciona como la válvula de seguridad de este sistema.¿Por qué le digo esto? Sencillamente porque la forma en que se produce y se distribuye la riqueza en la Argentina no sería posible de mantener sin sobreexplotar y maltratar a esos millones de hombres y mujeres.En segundo lugar, el establecimiento de regímenes como la asignación por hijo o la extensión de jubilaciones (positivos sin duda) no son igualadores de derechos, como tampoco lo era el sistema de jubilaciones original; solo aportan pisos mínimos pero no son ni serán elementos reguladores del sistema.Cuando trabajamos estas cuestiones en el 1999-2000 en el Frente Nacional Contra la Pobreza (FRENAPO), las concebíamos precisamente como esos mecanismos reguladores y no como contribuciones de subsistencia, erosionables por el tiempo y los precios.Mire, resulta inmoral que un niño de un hogar que descuenta impuesto a las ganancias valga para el Estado nacional tres veces mas que uno que está bordeando la miseria o la pobreza.Para combatir la inflación hace falta reconocer que existe, reconstruir el INDEC, trabajar sobre la concentración empresarial, establecer una política de diversificación productiva y no confiar que las exportaciones de productos primarios y MOA, el consumo ABC1 y la industria automotriz construyan un país.De cara las elecciones presidenciales, ¿le preocupa el desconcierto que siente parte de la sociedad respecto a quiénes serán sus candidatos para representarlos, teniendo en cuenta que el mensaje que les llega obedece a una pelea por las mediciones y no por las plataformas de gobierno? – A mi me preocupa que exista un acostumbramiento a las desigualdades, a las faltas de respeto institucional y a la ausencia de discusiones acerca del futuro. Digámoslo sin vueltas, la democracia es un sistema que toma decisiones y crea actores colectivos sobre el futuro común. Si el futuro no existe, o si uno puede escaparse constantemente de lo colectivo, se pasa al universo del saqueo, la rapiña y la avivada. Creo que debiéramos hacer un esfuerzo por decir con mucha energía algunas cosas.La primera, que la agenda de la transición del 83´ que pensó y llevó adelante Alfonsín, la que impugnó la experiencia liberal justicialista y la que, en menor medida, retomó de a ratos el kirchnerismo, está agotada y debe ser superada. Nostalgias y lágrimas aparte, la política debe fundar ciudades, aulas, fábricas y plazas, no mausoleos.La segunda, Argentina tiene que afrontar la reformulación de lo público como sinónimo de la calidad, de la igualdad como precondición para el desarrollo, y eso es sacarse de encima el mito del “viaje gratis”. Ese mito se financia con macrodevaluaciones, con economía internacional favorable, con subsidios insostenibles y un país se hace, por el contrario, cobrando impuestos directos, capturando ganancias extraordinarias de empresas y bancos, con un ingreso de ciudadanía que termine con la informalidad laboral, regulando mercados, promoviendo actividades diversificadas, invirtiendo en infraestructura de servicios y energía.La tercera, que no hay que perder el tiempo pero no porque se pierdan posibilidades de inversión sino porque se daña aun mas a millones de niños, mujeres y hombres a los que se les va la vida y sus proyectos mientras nos mostramos incapaces, desde la política, en darles viabilidad. Finalmente reconocer que, al igual que en el resto del mundo, la incertidumbre y la inseguridad pueden precipitar reacciones colectivas insolidarias, autoritarias y regresivas y que el papel de la política es remover las condiciones materiales para que eso se produzca y también dar explícitamente la lucha ideológica contra ese paradigma de reducir derechos para estar mejor.En marzo de 2008 le dijo a esta publicación que tenía una impresión “dolorosa” de la Legislatura porteña. Ahora en 2011, ¿ cómo la ve?- Creo que estamos fallando todos en mejorarla. Hay que ser exigente, hasta la inclemencia, cuando quienes estamos insertos en un sistema de privilegios (y los legisladores en general lo estamos), no podemos ampliar los niveles de control democrático, reducir las brechas que se abren cotidianamente y que se tragan las esperanzas de muchos. Obviamente que pueden señalarse avances puntuales; pero lo mejor de todo es que ya no tenemos excusas. ¿Por qué? No quedan fuerzas políticas y sociales que no hayan participado del sistema institucional, no puede decirse que está todo mal porque hay alguien que debiera venir a redimirlo desde afuera, se trata decididamente de arremangarse y producir ese cambio. La Legislatura de la Ciudad es en términos constitucionales, una de las mas poderosas de la Argentina y se debe entender que es así y no que cada legislador o bloque de legisladores es poderoso. Ese pequeño paso es lo que separa a una democracia de una oligarquía electiva.