La semana pasada trascendió un fallo de la Corte Suprema que confirmó una condena al Estado a pagar una millonaria indemnización a Laura Ginsberg, viuda de José Enrique “Kuki” Ginsberg, una de las víctimas mortales del atentado contra la AMIA en 1994.

(Cuarto Intermedio – 11 de abril de 2011)- Los pocos medios de comunicación que publicaron la información se limitaron a una cuestión formal, vinculada con el monto que percibirá la viuda por la muerte de su marido, hace casi 17 años. Pero omitieron dos detalles por demás llamativos y sorprendentes.El primero de ellos muestra que la Corte dejó firme un fallo de hace dos años y medio dictado por la Cámara en lo Contencioso Administrativo. Cuando Laura Ginsberg inició la acción judicial, acusó al Estado de ser “el principal encubridor” del ataque terrorista. El gobierno kirchnerista pidió a la Justicia que tachara esa alusión, pero el tribunal recordó que fue la propia administración la que firmó en 2005 un decreto reconociendo su responsabilidad en el atentado. En consecuencia, dejó la leyenda. Y ahora la Corte, al confirmar aquella decisión, también mantuvo el reconocimiento, de modo tal que quedó determinado con fuerza de cosa juzgada la responsabilidad del Estado argentino en el atentado.El segundo dato llamativo es que pese a aquel reconocimiento de responsabilidad firmado en 2005, los abogados del Estado apelaron hasta la Corte pidiendo que fuera dejada sin efecto la condena, como si la Argentina hubiera sido completamente inocente y ajena al ataque. Ni una cosa ni la otra: el Estado fue responsable y deberá pagar por ello. Las víctimas de los 85 muertos y de los dos centenares de heridos también ganarán sus juicios.