Un fallo del juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, sostiene que los empresarios que contrataron en Santiago del Estero mano de obra para trabajar en campos en la provincia de Buenos Aires el verano pasado no cometieron el delito de “tata de personas”.
(Cuarto Intermedio – 3 de junio de 2011)- El fallo es, de por sí, muy polémico, pero no es esa cuestión del trabajo esclavo la que ocupa aquí, sino la utilización del glifosato, un poderoso herbicida que según diversas organizaciones ecologístas, es de un poder tóxico tal, que podría general cáncer y malformaciones en bebés. El juez reconoció que “según surge del acta de allanamiento labrada en el campo La Esperanza, éste no contaba con luz eléctrica y se utilizaba el alambrado que sirve de límite del predio para tender ropa. Asimismo, contaba con seis baños químicos, distintas “tolderías” que hacían las veces de baños y/o duchas del tipo escusados y dos bombas manuales de las que se extraía agua subterránea. Tampoco poseía gas, funcionando la cocina a fuego de leña y poseyendo diversidades de distintos comestibles, observándose también jaulas fiambreras realizadas en telas metálicas en forma de cubo que contenían en su interior carne vacuna destinada al consumo humano”. Pero además de esas condiciones infrahumanas, el juez admite que “como recipiente y depósito de agua se habrían utilizado bidones de 20 litros del herbicida glifosato II”. Allí aparece la sorpresa: “Párrafo aparte merece el tratamiento de los bidones de plástico que contenían glifosato, el herbicida utilizado para el control de malezas anuales y perennes. Estos herbicidas a base de glifosato, están mencionados en la resolución 350/99 del SENASA, clasificada en la categoría de menor riesgo toxicológico (Clase 4), es decir como un producto que no ofrece normalmente peligro, según el criterio escogido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO. Se señala que presuntamente no presenta efectos nocivos sobre la fauna (mamíferos, aves), microfauna (artrópodos) ni sobre la salud humana, ni tiene efectos inaceptables para el ambiente, cuando es empleado correctamente para los exclusivos fines de su etiqueta”, dijo el juez.Conclusión: el glifosato es bueno.