La gran encuesta nacional

La carrera se largó. Es una carrera larga, no esas que se definen en un santiamén. Como si fuese un Gran Premio, la carrera por... Por Cuarto Intermedio

La carrera se largó. Es una carrera larga, no esas que se definen en un santiamén. Como si fuese un Gran Premio, la carrera por la presidencia de la nación para el período 2012-2016 está totalmente lanzada. “¡Laaaaarrrgaaaarrrróoonnn!”.     

(Cuarto Intermedio – 29 de junio de 2011)- El cierre de listas, consumado el pasado fin de semana, no hizo otra cosa que certificar lo lógico y lo que era de preveer. Las alianzas y los candidatos han sido ya inscriptos, y son ocho las fórmulas presidenciales que competirán por el sillón de Rivadavia: Por el Frente para la Victoria, la Presidenta de la nación buscará la reelección, siendo Amado Boudou, ministro de economía, el candidato a vicepresidente. Por Unión para el Desarrollo Social, el diputado radical Ricardo Alfonsín estará junto al economista Javier González Fraga. Por la Coalición Cívica se presentarán dos diputados: Elisa Carrió y Adrián Pérez. La Unión Popular presentará al ex Presidente Eduardo Duhalde y al gobernador chubutense Mario Das Neves. Compromiso Federal irá con Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis y José María Vernet, ex gobernador de Santa Fe. El Frente Amplio Progresista presenta la fórmula integrada por el gobernador Hermes Binner y la senadora Norma Morandini. Por Proyecto Sur habrá dos diputados, Alcira Argumedo y Jorge Cardelli. Y finalmente, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores estará representado por el histórico dirigente del Partido Obrero, Jorge Altamira y por Christian Castillo. Las gateras están ahora vacías; todos ellos han comenzado a transitar el primer trayecto de una difícil contienda. En sus mentes, como en las de todo competidor, estará el afán de ganar, aunque no todos tienen la misma chance (“la única verdad es la realidad”, sostuvo en su momento el General). Y para ir acercándonos a esa realidad, como en toda carrera larga, los competidores deberán salir bien parados del codo.Pero claro, antes de ese momento, deben atravesarlo. En otras palabras, para ver quién llega mejor posicionado a la recta final, los candidatos a Presidente deberán participar de las elecciones primarias, que se disputarán el 14 de agosto. Esa será la gran encuesta nacional, que arrojará luz sobre el real estado de cada fórmula y su consiguiente apoyo popular. Tras este acto eleccionario, se perfilará mejor quién goza de los apoyos mayoritarios de la sociedad.Si bien la carrera comenzó, todavía estamos en una etapa un tanto prematura para aventurar resultados. El oficialismo no deja de vociferar que “ya ganó”, pero ese tipo de expresiones se basan en un voluntarismo exacerbado apoyado en un acompañamiento cierto (pero no definitivo) de ciertos sectores del electorado. Para ganar en primera vuelta, se necesita el 45% de los votos o más del 40% y diez puntos de diferencia con el segundo competidor. ¿Goza Cristina Fernández de Kirchner de un apoyo de tal magnitud? Es difícil saberlo, especialmente considerando que en 2007 obtuvo el 45.3% de los votos, año de mayor popularidad del kirchnerismo, año casi sin inflación, año sin crisis del campo ni elecciones perdidas, año sin un escándalo de corrupción que involucra a Schoklender, otrora apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Es posible que avances como la Asignación Universal por Hijo o la sensación de lucha contra el monopolio (léase el Grupo Clarín) sirvan como contrapeso, pero, de nuevo, no es tan sencillo leer el panorama con precisión quirúrgica.Por otra parte, ¿logrará el acuerdo entre Ricardo Alfonsín y Francisco De Narváez convencer al electorado de sus respectivas capacidades de gestión? Es cierto que ambos hicieron buenas elecciones en 2009 (incluso derrotando a Néstor Kirchner), pero es sabido que no es lo mismo competir en una instancia legislativa que en la elección general.Elisa Carrió pretende seguir el ejemplo del brasilero Lula, presentándose por tercera vez a la elección. Su discurso, atractivo en sus principios éticos, deberá ir más allá de la oposición legislativa y las denuncias por corrupción, y despertar el sentimiento de que el panorama que prometen es estable y moderno. Los peronistas Duhalde y Rodriguez Saá, cuya pre-interna quedó trunca, también pretenden ofrecer ejemplos de estadista (el primero) y gestión exitosa (el segundo). El problema de Duhalde es que es archi conocido, a diferencia de Saá, que difícilmente pueda quebrar un círculo pequeño de gente que lo conoce.El siguiente pelotón está liderado por el gobernador santafesino Binner, quien por más de haber hecho una buena gestión en ese territorio tan importante, ha preferido romper con su socio radical, y posteriormente separarse también de su potencial socio de Proyecto Sur. Por ende, la reacción de la sociedad inicialmente encantada con su propuesta, está en un intríngulis. Y Argumedo y Altamira tienen el desafío de perforar el bajo techo de votos que tradicionalmente han sacado.La gran encuesta nacional dará su veredicto, y pronto. Tras las elecciones del 14 de agosto, emergerá un segundo (tal vez acompañado de un tercero) con ciertas probabilidades de alcanzar el triunfo. Si la sociedad cree que el ciclo “K” debe ser sucedido por un nuevo espacio, es posible que se envalentone, tome envión, y se apreste a apoyar a alguno de estos contendientes. La elección podría polarizarse, y proponer un desenlace distinto e imprevisible. Si eso ocurre, como en toda carrera peleada, el ganador se definirá instantes antes de cruzar el disco.Por eso, en agosto, es tan importante votar con la razón y con el corazón. Dicen los entendidos que la salida del codo es una buena medida de la estrategia elegida, y de las posibilidades de alzarse en lo más alto del podio.