Los medios afines al oficialismo no se atreven a publicarlo. Y los opositores tampoco quieren batir el parche por temor a que se les convierta en un boomerang. Pero lo cierto es que, aunque nadie lo haya admitido públicamente, Hebe de Bonafini está “imputada” en al menos una de las causas en las que se investigan irregularidades atribuidas a Sergio Schoklender.

(Cuarto Intermedio – 18 de julio de 2011)- Se trata de la causa que investiga el juez federal subrogante Marcelo Martínez de Giorgi. No es casual que, a diferencia de la causa que investiga Norberto Oyarbide,  el abogado de Madres de Plaza de Mayo, el constitucionalista Eduardo Barcesat, no haya pedido que Hebe sea tenida como “parte querellante”. Martínez de Giorgi ya les anticipó, informalmente, que Bonafini no podría ser tenida, por ahora, como otra cosa que como acusada. Y dicho sea de paso, Oyarbide tampoco aceptó el pedido de Bonafini de ser tenida como querellante, aunque en ese caso lo supeditó a una serie de informes técnicos que podrían demorarse por lo menos un par de semanas más. Si se tratara de un cálculo matemático, Bonafini estaría perdiendo «uno y medio a cero».La decisión de Schoklender, quien minutos antes de que comenzara la feria judicial de invierno se presentó -acompañado por su abogado Adrián Tenca- en los juzgados federales de Comodoro Py 2002 para aportar dos documentos certificados por la Inspección General de Justicia (IGJ), el Estatuto de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, con la constitución del Consejo de la Administración, y el balance económico de 2010, no hacen más que confirmar que Bonafini no zafará fácilmente si la investigación fuera efectivamente a fondo.