No importa que sea mentira, sino que no se sepa

Diez días le llevó a Gerardo Martínez desmentir su supuesta antigua pertenencia al Batallón 601 de Inteligencia durante la última dictadura.   (Cuarto Intermedio –... Por Cuarto Intermedio

Diez días le llevó a Gerardo Martínez desmentir su supuesta antigua pertenencia al Batallón 601 de Inteligencia durante la última dictadura.  

(Cuarto Intermedio – 25 de julio de 2011)- Sólo la insistencia del abogado del histórico titular de la UOCRA, el penalista Pablo Argibay Molina, forzó la presentación, primero ante los tribunales para “ponerse a disposición” de cualquier investigación, y luego la publicación de una solicitada con una desmentida formal. Cuando le preguntaron a Martínez en la intimidad si había estado o no en el Batallón 601, siempre respondió que “no”. Pero sus allegados dudaban de esa respuesta y demoraron al menos cinco días la desmentida formal. Sólo cuando estuvieron seguros de que no les podrían demostrar aquel viejo vínculo (nótese que se habla de “no poder demostrar”, que no es lo mismo que “no era cierto”), reservaron espacio en varios diarios y mandaron sobre el límite del cierre previsto de cada página el texto definitivo. Hasta participó una agencia de publicidad para pulir los últimos detalles del documento.Martínez salió al cruce, así, de la denuncia del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines (SITRAIC), una agrupación gremial que cuestiona su liderazgo en la UOCRA, apoyado por organizaciones defensoras de los derechos humanos.Lo que viene ahora es el contragolpe: Martínez inició una investigación interna que demostrará que los 105 desaparecidos a los que se vincula con la UOCRA no pertenecieron, en realidad, a ese gremio. Es decir que desde el punto de vista de Martínez, sus manos no sólo no están manchadas con sangre, sino que ni siquiera estuvieron cerca de estarlo…