Mientras espera que los vaivenes de la política decidan su suerte (esto es si irá o no preso), Sergio Schoklender no descansa y planea reavivar Meldorek, la empresa de la que es dueño y que lo tiene como eje de la investigación que lleva adelante el juez federal Norberto Oyarbide.
(Cuarto Intermedio – 26 de septiembre de 2011)- La semana pasada, Schoklender le pidió al fiscal federal Jorge Di Lello la devolución de documentación y libros contables y de actas que Meldorek necesita para volver a funcionar. Di Lello ya adelantó que no se opondrá a la devolución de esa documentación, aunque se quedaría con copias certificadas para evitar que la prueba se pierda o se destruya.¿Para qué quiere Schoklender resucitar a Meldorek? Para despegarse de los personajes que lo tienen complicado en la causa en la que está investigado por el presunto desvío de fondos federales que recibió Madres de Plaza de Mayo. Concretamente, planea deshacerse de Alejandro Goktin, quien en la misión “Sueños Compartidos” era una suerte de mano derecha y ahora se ha convertido en un lastre para su estrategia de defensa.El mayor de los hermanos está atento a todo lo que ocurre en el expediente, a punto tal que en los próximos días podría trabar una “cuestión de competencia” que frenaría -aún más- los tiempos de la investigación. Ocurre que como el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, puso en duda si los fondos cuyo manejo se investigan son estatales o no, Sergio Schoklender proyecta argumentar que ya no se trata de un delito federal sino de una supuesta administración fraudulenta común, y en consecuencia, la debería investigar un juez de instrucción de la Capital Federal. Las cuestiones de competencia tienen un largo recorrido judicial que usualmente pueden terminan en un tribunal superior, o en la Cámara de Casación; e incluso en la Corte Suprema de Justicia.