En ritmo de chacarera tardía, la justicia de los Estados Unidos sigue mirando para otro lado ante los reclamos, tibios por cierto, de los tribunales argentinos que intentan esclarecer un supuesto caso de coimas en triangulación con el gobierno de Venezuela.
(Cuarto Intermedio – 12 de octubre de 2011)- Según informó el notiblog “sinsecretodesumario”, “el Departamento de Estado de los Estados Unidos pidió al juez federal Julián Ercolini que dé más precisiones sobre un reclamo que hizo a ese país para conocer detalles de una cuenta bancaria que tiene allí la firma Palmat, la cual ofició de intermediaria en los negocios que hubo entre la Argentina y Venezuela. Ercolini viene reclamando desde hace tiempo detalles sobre una cuenta que Palmat tiene en un banco radicado en los Estados Unidos, y en donde estarían depositados -entre otros fondos- las comisiones del orden del 15 por ciento que cobraba la firma por oficiar de intermediaria entre los empresarios argentinos, en su mayoría agropecuarios, y Venezuela en el marco del Fideicomiso”.Lo cierto es que esa causa, que arrancó como un escándalo de coimas y hoy, como tantas otras, naufraga en las oscuras aguas de la nada, tiene pocas posibilidades de avanzar. A tal punto que los acusados pasaron a ser acusadores (concretamente el ministro de Planificación, Julio De Vido) y los acusadores están ahora bajo la lupa por presunta falsa denuncia.La documentación que demora Estados Unidos, según consideran fuentes judiciales locales, de ninguna manera podría comprobar sobornos. A lo sumo, se trataría de un negocio cuestionable desde lo ético, pero no tipificado en el Código Penal, y realizado entre privados. Nunca, nadie, podrá probar la existencia de supuestos “retornos” para funcionarios, aseguran en los tribunales de Comodoro Py 2002.