El juez de instrucción Germán López comenzará a tomar declaración testimonial a los familiares de Alan Tapia, un joven de 20 años de edad muerto por una bala policial en el Barrio Mitre, durante un allanamiento.
Un oficial del Grupo especial GEOF le disparó cuando supuso que el joven le apuntaba con un arma. Pero no había tal arma y el joven murió en la cama en la que dormía en una casa en la que vivía con sus abuelos.
Al que buscaban era a su hermano, quien estaba en un departamento de un piso superior y fue detenido por un caso de intento de asesinato.
La Cámara del Crimen destrabó una cuestión de competencia y le atribuyó la investigación al juez Hernán López. El juez adoptó medidas de urgencia -entre ellas el apartamiento de la Policía Federal de la investigación y la preservación del lugar donde ocurrieron los hechos, por parte de la Gendarmería Nacional- y dispuso una serie de declaraciones testimoniales para avanzar en el esclarecimiento de lo que ocurrió.
El oficial del GEOF, identificado como Pablo Valente, habría disparado contra Tapia cuando éste supuestamente intentó resistir el allanamiento apuntándolo con un arma de fuego. Pero lo único que podría confundirse con un arma y que fue secuestrado fueron dos hierros negros son una soldadura en el medio.
Ni armas, ni drogas fueron halladas en el lugar. Para colmo, la víctima no tenía antecedentes policiales; más bien todo lo contrario: trabajaba, estudiaba y bailaba tango en una compañía con la cual debía viajar en los días subsiguientes a las Cataratas del Iguazú para montar un espectáculo.