El gobernador bonaerense fue a la Legislatura provincial, en medio de un fuerte operativo de seguridad sin policías organizado por su vice, Gabriel Mariotto.
Con una fuerte ratificación a su política de seguridad que no le impidió mostrarse alineado al gobierno nacional aunque marcando su estilo político de “diálogo y consenso”, el gobernador Daniel Scioli abrió un nuevo período de sesiones ordinarias de la Legislatura donde, además, formuló una fuerte apelación a los gremios docentes para que garanticen el normal desarrollo del ciclo lectivo.
El gobernador bonaerense dedicó parte de su discurso a respaldar las acciones en materia de lucha contra el delito, blanco de críticas y cuestionamientos de sectores del kirchnerismo y de su vice Gabriel Mariotto. “Como siempre, yo estoy al frente y me hago cargo como máximo responsable”, subrayó el mandatario, para añadir que “estamos encausando todos nuestros esfuerzos para combatir el narcotráfico, la trata de personas y la delincuencia en general”.
Scioli fue enfático en ese tema al destacar que “continuaremos adelante con las acciones que nos convierten en el gobierno que más hizo por mejorar las condiciones de detención”, en lo que fue otra de las respuestas del mandatario a grupos “K” que machacan sobre su política de Derechos Humanos.
Con el antecedente cercano de los incidentes entre militantes de La Cámpora y efectivos de Infantería en diciembre pasado durante la asunción del gobernador Daniel Scioli, el acto de apertura de sesiones ordinarias que se realizó en la Legislatura organizado por el vicegobernador Gabriel Mariotto se destacó por el firme operativo de seguridad que desplegaron empleados del Senado sin la presencia de uniformados de la Bonaerense.
Esa suerte de “operativo cerrojo” desplegado en torno al edificio de la Legislatura que impidió el acceso a quienes no contaban con invitación especial generó un fuerte enojo en la oposición, que denunció un acto “discriminatorio” por parte de Mariotto. En un comunicado conjunto, los presidente de todos los bloques opositores del Senado expresaron su “rechazo a la prohibición sostenida por las autoridades de la Cámara de ingreso al recinto de la Asamblea Legislativa de toda persona que no haya sido invitada por el Frente para la Victoria”.
Sin despliegue policial ni dentro ni fuera del recinto, y con el recuerdo fresco de los incidentes y las “peleas” por los palcos entre militantes del sciolismo y de agrupaciones juveniles del kirchnerismo, el acto estuvo marcado en la previa por las tensiones instaladas por esos episodios.
Pero la decisión del gobernador Scioli de no movilizar militantes de su sector, que se notó en la ausencia de remeras y banderas del característico naranja sciolista, desactivó cualquier posibilidad de roces, como los que se registraron durante la jura de los legisladores a fines del año pasado.
En el recinto de Diputados, la presencia militante tuvo como protagonista a un grupo de jóvenes de La Cámpora que coparon dos palcos de la tercer bandeja, desplegaron banderas con las caras de Néstor y Cristina Kirchner y cantaron sus habituales consignas.
El “aliento” de las barras de La Cámpora encontró eco desde las bancas por parte del grupo de diputados y senadores de esa agrupación, que acompañaron los cantos con los dedos en “V”.
En rigor, los palcos estuvieron ocupados mayoritariamente por invitados. Las presencias más notorias fueron las de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, los diputados nacionales Francisco De Narváez, Carlos Kunkel, Graciela Giannettasio y el hermano del Gobernador, José “Pepe” Scioli.
Sin presencias del gobierno nacional, estuvieron además el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, el ex gobernador Felipe Solá y el dirigente de La Cámpora Eduardo “Wado” de Pedro.