Según pudo averiguar Cuarto Intermedio en forma exclusiva, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, mantuvo una reunión en la mayor de las reservas en los Estados Unidos los días previos a que hiciera su arribo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para participar en el encuentro de la ONU.
Si bien el mandatario chaqueño se encargó más tarde de señalar que participó de un panel junto a profesores y estudiantes de la Universidad de Georgetown y que además mantuvo reuniones con directivos y funcionarios norteamericanos para tratar temas estratégicos a nivel internacional, lo cierto es que nada mencionó acerca de la reunión secreta que el cónsul argentino en New York, José Luis Pérez Gabilondo, y un broker local, le armaron con seis agentes del mercado financiero.
Capitanich, quien fue presentado como un experto en temas financieros y económicos (no olvidemos que ostenta el título de Contador Público), dejó literalmente con la boca abierta a todos los que participaron de ese convite, entre ellos, a representantes de JP Morgan, BlueCrest Capital y Goldman Sachs. Pero, según confiaron a este sitio web, no indujo el silencio y asombro de los agentes por la calidad de su disertación, sino por la cantidad de incongruencias y hasta contradicciones que presentó en su discurso. “Obviamente fue pésima la impresión que dejó. Si hay algo en lo que coincidió este grupo de agentes cuando Capitanich se retiró, es que algo entiende sobre economía; pero que en absoluto la domina”, deslizaron las fuentes en “off”.
En definitiva, y si bien no supieron precisar las razones por las cuales Capitanich formó parte de esta reunión, las hipótesis claramente pueden limitarse a ser dos: 1- O bien, que por la falta de dinero fresco en su provincia y ante el temor de reclamarle fondos de la coparticipación a Cristina, haya aprovechado la visita al país del norte para “pasar la gorra”, o 2- Que como es característico de su personalidad, solo se trató de otro de sus actos ególatras para mostrarse ante un sector empresario internacional como un político de talla e influyente dentro del gobierno argentino.
La conclusión de su viaje entonces, y según como la calificaron las fuentes fue: “De New York volvió, pero del ridículo…”.