El gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, pareció comprender que si rompía lanzas definitivamente con el gobierno nacional, su imagen iba a trascender las barreras de los matutinos de La Docta.
De hecho, el desconocimiento de los votantes hacia su persona era un gran problema cuando las elecciones presidenciales llamaban, y cuenta de ello lo arrojaban las encuestas, donde las líneas de los gráficos apenas asomaban tímidamente en las planillas.
No obstante, en el último mes intensificó su presencia en los medios de circulación nacional tras hacer públicas sus diferencias con Cristina Fernández de Kirchner, además de confrontar mediáticamente con algunos de sus funcionarios de primera línea.
Pero el gobernador cordobés interpretó que con alzar la voz no bastaba y demandó al Estado nacional por una deuda de la ANSES con su provincia ante la Corte Suprema de Justicia, que finalmente no prosperó. Aun así y al cabo de unas pocas horas, decidió recurrir nuevamente al máximo tribunal para reclamarle que el Ejecutivo nacional deje de retenerle el 15 por ciento de coparticipación (Ricardo Lorenzetti había expresado que hacia fines de año habrá un pronunciamiento al respecto luego de que la provincia de Santa Fe presentara una denuncia). Sin embargo y más allá de los resultados que se obtengan en el ámbito judicial, desde el entorno de De la Sota aseguran que se trata de un gran paso para repuntar la consideración del público para con su jefe, puesto que estas acciones lo posicionan como un opositor más activo que lo diferencia, por ejemplo, de los dirigentes que suelen expresar sus críticas desde el Congreso nacional.
Por otro lado, si bien no pudo conformar una “liga de gobernadores” para que lo acompañen en el reclamo por la coparticipación federal (no porque algunos no lo quisieran, sino porque temían represalias desde Balcarce 50), sí pudo sacarse una foto y hasta ver el partido de la selección nacional de fútbol con otro referente de la oposición que irrita y mucho al kirchnerismo: Mauricio Macri. “Somos una Ciudad y una Provincia que dicen basta a este sistema de miedo, de relato único”, expresó el jefe de Gobierno porteño en tierras cordobesas.
Ahora bien, y pese a que la eventual alianza Macri-De la Sota todavía se encuentra “en pañales”, trascendió por lo bajo que se podrían llegar a entablar puentes de diálogo con los partidos de la oposición de las provincias más representativas para acordar no “molestar” a sus candidatos de cara a las próximas elecciones legislativas. La premisa, en este caso, sería no sacarse los votos entre sí, sino más bien liberarle el camino al que mejor esté posicionado para que pueda derrotar las listas del gobierno nacional.
De concretarse esa versión se estaría, según dicen, ante un nuevo “Frente para la Victoria”.