“Ofuscado; algo así como molesto”, cuentan quienes lo vieron al rabino y legislador porteño del PRO, Sergio Bergman, durante el acto de fin de año de la escuela ORT.
Es que según aquellos que compartieron la ceremonia con él, habrían sido dos las causas por las cuales el mediático rabino dejó entrever su malestar: en primer lugar, se omitió mencionarlo (no se sabe si voluntaria o involuntariamente) cuando se realizaron los agradecimientos de rigor a los allí presentes, tal como se lo acostumbra hacer en esas instancias. Incluso, cuentan que fueron nombrados otros rabinos y que por lo tanto, extrañó que Bergman -que estaba allí presente-, no formara parte de la nómina.
Por otro lado, tampoco salió beneficiado en el reparto de las ubicaciones durante la ceremonia, ya que si bien es cierto que tradicionalmente se suelen sortear los lugares para los padres, poco simpático le habría caído al legislador del PRO que le tocara la cuarta fila en el salón de actos.
¿Acaso su irrupción en la Legislatura de la mano de Mauricio Macri lo habrá tornado para las miradas ajenas como un hombre de política y no de fe, como se lo supo identificar en un pasado no muy lejano? Este tipo de particularidades, parecería indicar que si…