Perdió a su marido hace tres años. Y el resto de los mortales no alcanzan a suplir esa ausencia. La Presidenta está sola, ¿qué tendrá la Presidenta?
Sus quejas por la falta de compromiso de las mujeres y los hombres en los distintos niveles del Estado, contrasta con el afecto de La Cámpora y otros seguidores que aplauden hasta el error y defienden hasta lo bochornoso. Pero no la alejan del sentido de soledad.
La Presidenta está sola, ¿qué tendrá la Presidenta?
De las simpatías de 2011, muchas están ausentes, otras no llaman al teléfono, otras van al encuentro de otros. Queda el núcleo duro y faltan los reflexivos. Quedan los que denuestan a los libre-pensadores y se distancian sin entusiasmo los que ya no quieren que les sigan mintiendo con el INDEC o ni que le sigan mintiendo con el INDEC.
La Presidenta está sola, ¿qué tendrá la Presidenta?
Carta Abierta defiende, pero sus palabras caen en saco roto. Es peor con la carta 13 rompen el saco en que estaban depositadas las 12 anteriores. Las explicaciones de los inteligentes intelectuales subestiman la inteligencia de los menos inteligentes, que se dan cuenta que sobran las palabras y faltan las efectividades conducentes.
La Presidenta está sola, ¿qué tendrá la Presidenta?
Por suerte en su futuro aparece la imagen de un nieto. Felicidades para la Presienta que tendrá en su familia nuevos amores por los que luchar. Y permitirá que el sistema institucional cubra su salida del Ejecutivo el 10 de diciembre del 2015.
La Presidenta ya no estará sola. No sólo por ese sector del pueblo que le reconoce tantas cosas, sino por aquellos que teniendo una mirada crítica o muy crítica -como yo- aceptamos que tuvo que gobernar con muchas limitaciones y que hizo lo que pudo. Y aunque desde mi punto de vista no supo, no quiso o no pudo hacerlo con la jerarquía que las excelentes condiciones históricas lo requerían, ya habrá terminado la etapa de mirar para atrás, quedará el balance para otro momento. Ya estará atendiendo a su nieto, arropándolo en sus brazos y vislumbrando una nueva forma de encarar el futuro.
No será bueno para nadie seguir cargando las vasijas con odio, ni con rencores, ni con disputas intestinas, ni con denuncias destempladas y sesgadas. Seguiremos defendiendo la verdad y la justicia. Pero no bajo la óptica de la reacción, sino bajo el compromiso de que deben servir a una vida mejor para los que llegan.
En eso, quizás, debería estar pensando la Presidenta. Por el bien de ella, por el bien de todos, por el bien de su nieto. En la cadena de la vida los eslabones más fuertes también se aflojan para dar lugar a nuevas etapas. Saberlo no debiera ser una responsabilidad sólo de la Presidenta y sus adláteres, sino un deber de todos.
*Sec. Gral. Nac. del Partido Socialista Auténtico (PSA).