Una situación es la de un famoso, y otra muy distinta la de una persona común. Así, por lo menos, parece entenderlo un establecimiento asistencial privado de la Capital Federal.
El marido de una mujer que sufrió un “aneurisma gigante a fines de 2013” y desde entonces está en virtual estado vegetativo denunció que una empresa de medicina prepaga quiere desalojarla de la clínica en la que está internada, que es la misma en la que está desde hace cuatro años el músico Gustavo Cerati.
La paciente, Mirtha Edith Morkaranfil, de 52 años de edad, cuenta con una medida cautelar dictada por el juez en lo civil y comercial federal Carlos Alvarez, que ordena a la empresa de medicina prepaga Staff Médico “abstenerse de modificar la situación de internación, asumiendo la cobertura respectiva mientras exista orden médica en tal sentido, emitida por los profesionales tratantes”.
La mujer está internada desde fines del año pasado en la Clínica Alcla, en la que lucha por su recuperación en similares condiciones médicas que las que padece desde hace cuatro años Cerati.
Al dictar la cautelar, el juez Alvarez evaluó una constancia del neurocirujano que atiende a Morkaranfil, que consigna que “el deterioro cerebro vascular es de tal magnitud que se agravaría su cuadro al ser trasladada a un centro de menor complejidad”.
“La medida cautelar no ocasionará un grave perjuicio a la demandada, pero evita, en cambio, el agravamiento de las condiciones de vida de la actora”, subrayó el juez.
No obstante, el marido de la paciente, denunció que pese a ello, la empresa médica insiste en derivarla a internación domiciliaria lo que pondría en peligro su salud y vida.
La Clínica recientemente le remitió una carta documento con una nueva evaluación según la cual ya podría ser trasladada a otro nosocomio de menor complejidad o a internación domiciliaria.
“Tal proceder contrasta con el que esa misma Clínica adoptó en similares circunstancias para mantener allí postrado desde hace ya cuatro años y sin evolución alguna, al célebre músico Gustavo Cerati, lo que amerita a las claras un trato totalmente desigualitario e injusto”, resumió el esposo.