La Cámara Federal de Casación Penal rechazó la prescripción de una causa en la que agentes penitenciarios están acusados de aplicar torturas a un detenido que luego terminó suicidándose.
La Sala Primera de la Cámara ratificó la continuidad de la investigación contra los imputados por la muerte de Walter Omar Benítez, detenido en el marco de una causa por “robo y lesiones”, trasladado al penal de Ezeiza porque estaba supuestamente planificaba una fuga de la cárcel de Villa Devoto, donde estaba alojado.
Según las constancias de la causa, Benítez fue torturado en el penal de Ezeiza y como consecuencia de ello, terminó suicidándose en noviembre de 2001 en la cárcel de Ezeiza.
Los días 3 y 5 de noviembre de 2001, de acuerdo con la imputación contra los penitenciarios, Benítez fue golpeado en el penal, y el 7 de noviembre, aproximadamente a las 5.30, “apareció muerto en la celda. Se encontraba colgado de una sábana amarrada a su cuello y a la ventana de la celda”.
Uno de los imputados, el penitenciario Eduardo Raúl Sabe -quien se halla retirado desde el 6 de febrero de 2004- fue indagado por “haber omitido desplegar una adecuada vigilancia y no haber adoptado los recaudos necesarios, mientras se desempeñaba como Jefe de la División Seguridad Interna del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, para evitar las torturas infligidas a Benítez”.
Ese delito contempla una pena máxima de dos años de prisión, por lo cual pidió la extinción de la acción penal, ya que se trata de la imputación menos grave de todos los acusados.
Pero la Casación rechazó el planteo y mantuvo abierta la investigación.