Un tribunal le ordenó a una empresa metalúrgica que reinstale en su lugar de trabajo a un obrero delegado sindical que fue despedido mediante una práctica discriminatoria.
El Tribunal de Trabajo número dos de Morón, integrado por los jueces Graciela Porta, María Alejandra Amaya y María Elisa Jaime, le devolvió su trabajo al trabajador, quien había sido cesado en su puesto por su empleadora.
El obrero está afiliado a la federación de Trabajadores de la Industria y Afines (FETIA), inscripto en la central obrera CTA, y ejercía la representatividad de sus compañeros cuando fue despedido.
“El despido del actor obedeció a una conducta discriminatoria por parte del empleador a causa de la actividad sindical que el mismo desarrollaba en la empresa”, sostuvo el fallo.
“De los hechos que fueron tenidos por acreditados surge que el actor fue despedido por su empleador dos días después que éste le enviara telegrama informando que se postularía como candidato a Secretario Gremial de la Central de Trabajadores de la Argentina y como Secretario adjunto de FETIA”, añadió.
El fallo ordena, además de la reinstalación, el pago de los salarios caídos y el resarcimiento por el “daño moral” causado por la cesantía y la pérdida del empleo.
El trabajador ya había obtenido una medida cautelar para recuperar su empleo, por lo que los salarios caídos que percibirá serán los de noviembre y diciembre de 2014, más el sueldo anual complementario y los de enero y febrero de 2015, “y los que se hayan devengado a partir del mes de mayo de 2015 hasta que se haga efectiva la medida de reinstalación”.
El sueldo del trabajador ascendía a 9.684,62 pesos mensuales.