La Cámara Federal de Casación Penal confirmó una condena a 14 años de cárcel contra un sargento de la Policía Federal por el crimen de un joven que limpiaba parabrisas en la calle, en un caso encuadrado en los denominados “gatillo fácil”.
La Sala Tercera del tribunal ratificó la condena impuesta por un tribunal oral contra Lucio Osvaldo Montero por el homicidio de Lucas Ariel Roldán, hecho que intentaron simular como un ajuste de cuenta entre bandas de narcotraficantes.
Por el mismo hecho, pero por “encubrimiento”, fueron condenados otros dos policías, Juan Alberto Morteyrú y Rubén Néstor Solares, a cuatro y tres años, respectivamente.
Los hechos ocurrieron el 6 de marzo de 2003, cuando el policía acusado de homicidio disparó en cuatro oportunidades a la víctima, causando su deceso.
Luego ocultó el cadáver, que apareció varios días después en el interior de un vehículo, con drogas en el interior del rodado.
La investigación permitió determinar la autoría real del hecho y el encubrimiento que intentaron los otros dos condenados.
Así, el tribunal de Casación, con las firmas de los jueces Mariano Borinsky, Alejandro Slokar y Juan Carlos Gemignani, avaló las condenas.