La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena de seis años de prisión y multa de 45.000 pesos que se le impuso al dueño de un taller textil en el conurbano bonaerense por la captación mediante engaño de una pareja de jóvenes en Perú para su explotación laboral.
La Sala IV de la CFCP rechazó el recurso de la defensa del acusado contra el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de La Plata que lo condenó como autor de “trata de personas con fines de explotación laboral agravada”.
Las víctimas habían sido contactadas en Perú por un familiar, quien les dijo que en la Argentina iban a ganar el triple y cobrar en dólares.
Los novios, con pasajes de micro que les entregó el tío del joven, salieron desde Cuzco, pasaron por Chile y, tras varios días de viaje, el 7 de julio de 2013 llegaron a la terminal de Retiro, en esta Capital, donde fueron recibidos por el imputado.
Según constancias de la causa, a las pocas horas la pareja comenzó a darse cuenta que las condiciones no eran las prometidas: se les ofreció dormir en un garaje del inmueble, ubicado en la localidad de Lomas de Zamora, entre vehículos y con el espacio separado y divido con sábanas, y fueron objeto de maltratos.
Cuando el joven expresó su disconformidad y sus deseos de volver a su país, se le advirtió que iba a llegar a Perú en un cajón, en tanto que la joven fue encerrada bajo llave en el domicilio donde trabajaba -jornadas de 11 horas diarias- y dormía.
“Ambos (los novios) debieron experimentar la violencia más cruda por parte del imputado (amenazas de muerte y privación de la libertad)”, consideró en su momento el tribunal oral de La Plata.
Las víctimas “vieron notablemente reducida su libertad personal y su capacidad de autodeterminación, porque no podían comunicarse con sus compañeros ni salir sin autorización”.
“Las condiciones de vivienda y trabajo no eran las prometidas”, ya que “estaban alojados en un lugar muy precario, las jornadas laborales eran extensas y sufrían malos tratos” y fueron objeto de “represalias” cuando se opusieron a seguir con esas modalidades.
La situación se prolongó varios días hasta que el hombre “logró escapar y pedir auxilio”, evaluaron los camaristas Gustavo Hornos, Juan Carlos Gemignani y Mariano Borinsky.
“El imputado tenía a su alcance los medios técnicos y demás recursos (económicos, humanos) para perpetrar la conducta con suma organización, lo cual disminuyó las posibilidades de defensa de las víctimas y facilitó la conducta lesiva”, agregaron.