La Sala VI de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional confirmó el procesamiento del efectivo de la Policía Local de Avellaneda, Luis Oscar Chocobar, aunque modificó la calificación legal por la de homicidio agravado por la utilización de un arma de fuego en exceso en el cumplimiento de un deber.
Los magistrados Marcelo Lucini, Mariano González Palazzo y Rodolfo Pociello Argerich, además, resolvieron declarar la nulidad del embargo sobre los bienes del uniformado por la suma de $400 mil que le había trabado el juez de primera instancia, Enrique Velázquez.
“Chocobar intervino porque debía hacerlo, máxime si se tiene en cuenta que el episodio se desarrolló mientras se dirigía a cumplir su función. Lo hizo inicialmente ajustando su comportamiento a la normativa que regula la función policial -aunque su defensa no precisó exactamente cuál-, pero concluyó en un acto excesivo que merece ser juzgado en una etapa posterior”, se lee entre los argumentos del fallo.
“Actuar como policía implica también de manera imperiosa reconocer los límites que la propia institución establece para que sea correcta, mediante el dictado de reglamentos y entrenamiento profesional y permanente que, aun puesto en duda en su dimensión real, debió bastar para internalizar la norma… Su comportamiento no se adecuó a disposiciones permisivas que hubiesen autorizado el hecho prohibido: disparar contra una persona que se encuentra armada y atacando la integridad física del policía o de terceros”, agregaron.
“Pero es posible asegurar con las constancias que hasta ahora integran el sumario que Chocobar, tras establecer que se había cometido un delito llamativamente violento, decidió intervenir y lo hizo prudentemente hasta que realizó disparos intimidatorios. Pero luego se apartó de la modalidad en que se establece normativamente su respuesta ante situaciones como la que lo sorprendió, incurriendo en un exceso que puede merecer punición”, completaron.
Chocobar intervino el pasado 8 de diciembre en ocasión que un delincuente asaltó y acuchilló a un turista norteamericano -Frank Joseph Wolek- en el barrio porteño de La Boca para sustraerle sus pertenencias.
Tras haber ultimado a uno de los ladrones utilizando su arma de fuego, fue procesado por supuesto “exceso de legítima defensa”.