El proyecto, que fue rechazado en la Cámara de Diputados pese a que venía con media sanción del Senado, pretendía regular el uso de estos productos. El mes pasado, el gobierno de Entre Ríos denunció que ya suman 760 los estudiantes que, además de sus maestros, tuvieron que ser evacuados a causa de la fumigación con agrotóxicos en un campo del municipio de San José, y adelantó que presentarán acciones legales contra los responsables.
“Durante el kirchnerismo se dio la explosión de la soja casi como monocultivo en esta provincia y ahora aparecen con los aplausos de los ambientalistas como los defensores de la agroecología”, dijo Kneeteman.
“El mejor proyecto de ley no funciona si no hay voluntad política del gobierno provincial, como no la hay porque el gobierno provincial tiene un solo vehículo con dos técnicos para controlar las fumigaciones toda la provincia; y si hubiese voluntad política, aun sin ley, el gobierno podría controlar las fumigaciones y los desmontes”, agregó.
El radical consideró que “hubo un proyecto de ley que puede ser muy discutido, que tuvo aprobación en el Senado y que se trabajó casi dos años, con miembros del propio Poder Ejecutivo, con legisladores del oficialismo y con audiencias públicas con representantes del ambientalismo provincial, donde se consensuó un proyecto sobre control de las fumigaciones en la provincia, y no entendimos esta postura demagógica e irresponsable de haber traído un proyecto sin tratamiento en comisiones solamente para rechazarlo”.
“Si era un proyecto que tenía deficiencias podríamos haber seguido trabajando y consultando y haber llegado a un proyecto superador, en vez de seguir con las fumigaciones sin control como es hoy en la provincia”, remató.