El caso volvió al máximo tribunal por la concesión de un recurso por parte de la Cámara Federal ante un pedido del Estado nacional, que reclama más tiempo para analizar una propuesta de solución formulada por la empresa después del escandaloso intento de condonación del 98,5 por ciento de su deuda, estimada por una fiscal en unos 70 mil millones de pesos a valores de 2017.
En 2005, el juez en lo comercial de primera instancia, Eduardo Favier Dubois, rechazó un pedido de prórroga del Correo Argentino para alcanzar un acuerdo con sus acreedores y decretó la quiebra, pero la Cámara en lo Comercial, en un fallo muy polémico, revocó esa medida y abrió una instancia judicial que se caracterizó por todo tipo de demoras y planteos que sólo consiguieron estirar los plazos más allá de lo normal.
En 2010, pese a que seguía sin haber acuerdo entre la empresa y los acreedores, Correo Argentino pidió que se tuviera por tácitamente aprobada la propuesta que había formulado, pero la Justicia desestimó el planteo y resolvió no “homologar el acuerdo”. El tema que podría convertir en nulo todo el procedimiento es que no existía tal acuerdo sino sólo una propuesta de la empresa que no había sido aceptada por los acreedores, de modo tal que la irregularidad en el proceso y en el fallo dejó abierta la posibilidad de la nulidad.
Algunos secretarios de los jueces de la Corte consideran que tanto en primera instancia (el juez Favier Dubois ya no está en su cargo y fue reemplazado por la jueza Marta Cirulli) estructuraron un procedimiento especial para este caso, que no está contemplado en las leyes que rigen a la Justicia Comercial.
La Corte tiene un abanico de posibilidades intermedias, entre ellas considerar que el planteo formulado por el Estado para obtener un plazo mayor para evaluar una nueva propuesta de la empresa de la familia Macri es “abstracto” por el paso del tiempo, e intimar al juzgado de primera instancia a que adopte una decisión definitiva para un expediente que lleva ya más de 16 años.