A raíz del aumento en la cantidad de contagios de COVID-19 en el área metropolitana, la Defensoría de Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires advirtió sobre el impacto que tiene la reiteración de los cortes de de energía en la población de esos conglomerados urbanos, caracterizados por condiciones de hacinamiento, falta de infraestructura y dificultades preexistentes en el acceso a los servicios públicos esenciales.
“Tal como se detalla en las notas enviadas a ambas empresas, la energía eléctrica está estrechamente vinculada al bienestar de las personas y sus condiciones elementales de comodidad. La interrupción frecuente de este servicio apareja innumerables perjuicios tales como la pérdida de mercadería y de la cadena de frio de alimentos o medicamentos, la falta de agua y el posterior impacto en la higiene personal y de las viviendas, y las dificultades que supone para las personas mayores, con alguna discapacidad o problemas de salud”, manifestaron desde el organismo que conduce Alejandro Amor, quienes además subrayaron que a todo eso se le tiene que sumar el tema de la baja de la temperatura y el incremento de usuarios sin acceso a la red de gas natural que dependen de sistemas de calefacción eléctricos.
Por último, la Defensoría del Pueblo porteña opinó que en el contexto de la emergencia sanitaria actual, la interrupción en la prestación del servicio eléctrico y la demora en su restitución “redunda en una vulneración de los derechos de los vecinos y un aumento del riesgo de contagios en los barrios informales”.